Carta a los padres

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Muchos dicen palabras que en realidad son dagas que me atacan donde más duele, no los culpo ellos lo dicen en buena intención pero no saben cómo duele e hiere mi propia alma, no es como si negara cada momento cruel que he tenido que soportar es solo que a estas alturas aquello sigue doliendo de forma aterradora, sonrío obviamente porque de no hacerlo seguramente estaría llorando a mares y eso dejaría mucho que pensar, mi vida no es perfecta de ninguno en realidad no me quejo de mi situación debido a que hay peores en el mundo, solo desearía que no me lo recordaran a cada momento porque el problema en aquello es que me lastima. Algunos dicen que lo supere o deben pensar que eso no me afecta en lo absoluto y sin embargo es notable su equivocación, esto mata a cada segundo mi corazón, si las situaciones así dejaran de afectarme seguramente los sueños tormentosos o los pensamientos fastidiosos no invadirían mi cabeza. Varios piensan cosas distintas de mí y está bien cada quien con lo suyo porque de igual manera yo sé muy bien quien soy, solo desearía que se detuvieran en creer cosas erróneas de mí, soy su hijo deberían conocerme y creer en mi palabra pero sé que no lo hacen de igual forma tampoco existió tal confianza entre nosotros, ustedes siempre fueron de mentes más cerradas y enfocadas en el futuro mientras que yo siempre he sido de los soñadores que se imaginan miles de cosas a la vez y que anhela hacerlas todas, sé que intentan hacer lo mejor por mí, el tema es que no me ayudan si no que empeoran las cosas para ambos, yo no espero que de la noche a la mañana sean cariñosos y los padres más comprensibles del mundo porque entiendo que eso no está en su forma de ser tampoco espero que dejen de ignorar mi existencia, lo único que les pido es que crean en mis palabras y dejen de dudar que paren de repetirme lo mismo porque entiendan sus palabras dejan heridas en mi interior, tal vez no sean visibles por fuera pero lo son bastante si ven más allá del exterior, yo jamás he pedido nada de su parte más que sean padres, ¡Mis padres! yo no necesito palabras dulces y llenas de afectos porque son lo que son simples palabras, tampoco necesitan prometerme promesas que no cumplirán, yo lo único que quiero es que al llegar me abracen, solo eso.

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