01. ¡Llegarás tarde, mi amor!

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- Bebé, despierta ya es hora. -decía Damen suavemente en mi oído mientras acariciaba mi cabello.
- 5 minutos más, por favor -supliqué adormilada.
- tal parece que no, hoy es tu primer día de trabajo y faltan 20 minutos ¡llegarás tarde, mi amor! - grito histérico haciendo que yo me levantara de la cama en pánico.

No sabía a donde correr, ni por dónde comenzar. Aunque la empresa estaba a pocas cuadras del departamento de Damen, el sabía como hacer que yo me desprendiera de la almohada. Me dirigí al baño, me cepille los dientes y me sí una ducha rápida, sujete mi largo cabello en la toalla y mientras buscaba algo que ponerme Damen hacia el desayuno. Pan tostado en mantequilla y malteada de fresa. Tome una falda café en tubo, y una blusa del mismo tono en conjunto. Retire la toalla mojada de mi cabello y lo cepille lo más que pude.

- Ven a desayunar.
- Solo tomare un sorbo y un mordisco. -ya iba tarde y no quería dar mala impresión. Me levanté de la silla, tome un último sorbo de la malteada, bese a Damen y salí a toda prisa.

Camine nerviosa, no sabía lo que me esperaba una vez dentro del trabajo, pero esperaba lo mejor además, Damen no me recomendaría un empleo sí no fuera bueno. Camine buscando el edificio más grande, así lo describió Damen, y entonces lo vi, me quede parada justo afuera contemplando el lugar "Compañía Bieber". Tome una bocanada grande de aire y entre, las chicas de ahí vestían muy elegantes, pareciera que iban a una fiesta, me dirigí a la chica que atendía la recepción.

-Buenos días, soy Ashley Posner. -le dedique una sonrisa.
- Ah, ¡hola! Vienes a entrevista con el señor Bieber, ¿cierto? -dijo mientras lo descifraba de una nota.
- Asenti.
- Toma el elevador que gustes, piso 8, ahí te encaminaran a la oficina correcta.

El elevador estaba vacío, así que aproveche para mirarme en el reflejo del espejo que este tenía para retocar mi polvo y mi labial. Salí y exactamente ahí otra chica me señalo la oficina, mientras le agradecía ella me examinaba de arriba hacia abajo y después una sonrisa falsa se encontró con la mía. "Zorra" pensé. Luego toque suavemente la puerta y un ronco "adelante" me dio paso a entrar.

Siempre suya, Jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora