25. Imposible lo nuestro.

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Mi plan no había funcionado, Bieber sabía como tener control sobre mi. ¿Cómo le permito hacer conmigo lo que le plazca?

Los días pasaron, al menos ya no arrojaba su saco sobre mi escritorio. Ya socializaba más con algunas chicas, incluso en algunas ocasiones comía con alguna de ellas, la más especial era Kaylie. Conversaba más con ella.

Ésta mañana Justin tenía dos juntas que atender, mientras yo permanecía en la oficina trabajando, organizando los nuevos contratos que Justin había logrado con unos nuevos socios muy importantes de Francia.

Estaba por darle un sorbo al jugo de naranja, cuando llamaron a la puerta. Supuse que era Justin, pero quede perpleja al ver que era su padre, quién me miro serio, con cierto disgusto o desprecio. Me puse sería y me apresure a saludarlo, aún así.

- Buenos días señor Bieber. - esboce una sonrisa.
- Hola. -dijo en seco.
- El señor Justin no está ahora, pero puedo ir a llamarlo sí gusta.
- Es contigo con quién vengo a hablar. -se encaminó hacia la ventana.
- Claro, dígame en que puedo ayudarle.
- Quiero que te apartes de mi hijo. No eres más que una interesada, además mi hijo está próximo a casarse. - me congeló.
- ¿Como dice? - gruñi. - Sólo soy la empleada de su hijo, sí fui a tal almuerzo fue por que el me lo pidió. No pretendo formar relación con Justin.
- No tienes que dar explicaciones. Mi futura nuera no debe saber que has estado viviendo con Justin ¿me crees idiota, jovencita? Te ordeno desaparezcas de su vida cuanto antes.

El hombre me fulmino con la mirada, tan llena de desprecio la cual le fue muy bien correspondida también por mi. Salió a toda prisa, y yo me apresure a tomar mis cosas, deje el teléfono que Justin me dio y salí unos segundos después de el.

Kaylie me hizo un gesto de querer saber que había pasado. Me acerque a ella contando todo lo que había ocurrido, sólo quedo boquiabierta sin articular una palabra, proceso a terminar y decirle que me iba de la empresa.

- Pero Ashley... - la interrumpi.
- Kay, por favor ni una palabra a nadie, menos al señor Justin. Yo te llamare luego. - bese su mejilla y ella aún en shock se despidió de mi.

Siempre suya, Jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora