Siempre suya, Jefe.

36. ¿Podemos vernos?

Estaba por tomar del suelo la camisa que Justin me había quitado, pero me detuvo. Insistió en que sólo usara el crop top que tenía puesto y el short pequeño por toda la casa. Cedí aunque no muy segura, pero creía que ya había más confianza entre nosotros.

Tome mi celular de la mesita, estaba casi segura que era el mío y camine hacia la sala de estar. Puse una película romántica "El diario de Noah" la cual miraba sola mientras Justin se dirigía a su despacho, antes de cruzar por la puerta me regalo una sonrisa y guiñó un ojo y desapareció.

- ¡Estúpida, como puedes rechazar a Noah! - grite furiosa mientras veía la escena donde Noah conocía a Ali en la feria.

El celular vibro e inmediatamente gire la mirada a el, era un mensaje, pero no para mi. Había confundido el teléfono de Justin con el mío, ya que ambos teníamos el mismo.

Amber Roberts: ¿Podemos vernos?

Sentí un vuelco en mi corazón, me sentí una muñeca total de Juguete para Justin.

- Ash, tome tu celular por accidente. - dijo de pronto Justin saliendo de su estudio.
- Si, lo acabo de notar. - lo fulmine con la mirada. - Tienes un mensaje. - dije mientras fruncía el ceño, tomo el celular desesperado.

Justin miro por un momento la pantalla y lo guardo en el bolsillo de sus jeans sin decir nada, después de haberme entregado el mío.

Después de unas horas yo ya había terminado de ver la película y me preparaba para dormir, aunque era viernes y mañana no tenía trabajo. Ya eran las 10:00 pm. Cuando me recosté sobre la cama miraba mis uñas para distraerme en algo, podía jurar que aquel nombré lo había escuchado antes. Pero claro, es la hija de aquel hombre que planeaba unirla en matrimonio con Justin. Era el motivo del por que sus padres no me aceptaban a mi.

- Tengo que salir. - dijo Justin mientras se quedaba de pie junto a la puerta. Estaba muy bien arreglado, olía a ese perfume tan varonil que siempre solía identificarlo. Llevaba una camisa informal y encima un saco casual, sus jeans, tenis y el cabello más organizado. ¿A dónde iba a esta hora? Oh, desde luego se reuniría con Amber.

Aunque no parecía importarle mi opinión sobre aquel mensaje, se le miraba bastante tranquilo, de hecho. Decidido a salir con esa mujer, aún y dejándome aquí sola sin nada que hacer, no me daría ninguna explicación. Tampoco me daría un beso de despedida, no tuvo intención de acercarse a la cama, menos a mi.

- Bien, que te diviertas con Amber. - replique ácidamente con tono ardido.

Frunció el ceño molesto, le había enfurecido aquel comentario, dio un portazo y se marchó.