Siempre suya, Jefe.

17. ¿Casarte conmigo?

Al día siguiente amanecí en el sofá, tuve el recuerdo de Damen justo aquí, incluso la conversación espiritual que tuvimos. Me dio un poco más de ánimo sentirlo cerca, aún está aquí. Desayune lo que el siempre solía hacerme.

De pronto de encontrarme en el aburrimiento comencé a organizar la casa, entré al cuarto e hice la cama. Y cuando llegue al ropero me decidí por revisar algunas cosas de Damen, sólo recordando como era. Estaba una chamarra que el llevaba puesta el día del accidente me la coloque y metí las manos dentro de los bolsillos encontrando una cajita negra ¿no es lo que estoy pensando, o sí?.

El corazón me palpitaba a mil por hora, estaba nerviosa, tanto como sí Damen fuera a aparecer por esa puerta diciendo "Por que no esperaste a que yo te lo diera" nerviosa como sí estuviese pensando en responderle y planear toda una boda por delante.

Abrí la cajita y ahí estaba; una preciosa sortija de compromiso, con una piedra divina. Damen iba a proponerme matrimonio en el viaje, íbamos a comprometernos. Seguía atónita.

Me dirigí con lágrimas recorriendo mis mejillas y una desesperación al mini bar que Damen tenía, saque una botella de whisky, vodka y tequila. Necesitaba lo más embriagante para alejarme de la realidad. Bebí, sin control, estaba totalmente ebria. Comencé a reírme, a charlar sola o imaginar que Damen seguía aquí, continuaba llorando, un conflicto de emociones, que simplemente no combinaban.

Tome el teléfono y llame a Justin, ni sí quiera se por que, pero es una conversación que hice entre consiente e inconscientemente.

- ¿Hola?
- Hola, señor Justin. Sólo quería decirle que jamás volveré a trabajar para su estúpida compañía, ha ha ha - Dios mío, estoy haciendo el ridículo y no puedo controlarme.
- ¿Dónde demonios estas? ¿Y estas ebria? Maldita sea Britany, déjame hablar por teléfono - gruño del otro lado del teléfono.
- ¡Adiós! Que te diviertas teniendo sexooo - grite burlona y colgué.