Capitulo 62.

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Ashley se incomodaba y se ponía nerviosa ante la confesión de Justin. Sabía que no había mucho que hacer, Damen ya había fallecido y ella ya tenía cierta historia con Justin, además de un bebe suyo dentro de su pequeña barriga.

- Aún así, yo seguía tus movimientos, me enamoraba cada vez más de ti, con el simple hecho de que eras perfecta, angelical.

Ashley negaba con la cabeza, sin poder creer que un hombre como Justin ha estado años enamorado de ella.

Pero de limito a no decir ni una sola palabra.

- Nunca me conociste porque nunca fui capaz de saludarte cuando estabas con Damen, me dolía verlos juntos. - sus manos pasaron por su cabello despeinandolo, mientras le daba después un sorbo a la copa de whisky.
- Algunas veces me gustaba admirarte cuando corrías por el parque, suena acosador y loco.
- ¿Que más? Quiero saberlo todo. - dijo ella.
- Las flores que solías recibir en tu oficina en tus actuales trabajos, eran mías.

Ashley recordaba que cuando le agradecía a Damen, él solía aceptar el crédito ajeno. Las tarjetas siempre tenían un mensaje peculiar "Para la mujer que hace mi presencia bella e inexistente".

- Confieso que no podía seguir con esto, escondiendo mi amor por ti. Cuando tenía el poder suficiente pedi que te dieran tu liquidación en aquella empresa pequeña. Estaba dispuesto a tenerte cerca. - suspiro y bajo la mirada, lo que venía era lo peor. - Damen al poco tiempo se sintió angustiado, me confesó su enfermedad, tenía un tumor cerebral. Mientras tu trabajas él se atendía, no tuvo nunca el valor de decirte que algún día iba a morir. Así que quiso asegurarse de que su pequeña estuviera en buenas manos, con alguien que la llenara de amor y no la abandonara nunca, como él iba a hacerlo involuntariamente. Siempre supo lo mucho que yo te amaba, cada cosa que él me contaba de ti, me parecidas una belleza de mujer.

Los ojos de Ashley se inundaron en lágrimas que poco pudo mantenerlas, corriendo velozmente por sus mejillas.

Pero Justin siguió, era ahora que debía cumplir la voluntad de su amigo.

- No quiero que te enfades conmigo, nunca es el momento perfecto para decir esto. Damen no tuvo las agallas de decirte su plan, pero cuando ocurrió lo del accidente, te protegí todo el tiempo, con todo mi amor no podía dejarte sola, eras desde antes todo para mi. Damen cuando despertó antes de fallecer, me entrego una carta y me pidió que te contara la verdad, pero sobre todo, me pidió que te hiciera feliz.

Siempre suya, Jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora