Capitulo 60.

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Amber se dirigió al aeropuerto sin preocupación alguna. Sin siquiera esperar a su esposo, Justin que tanto le ha costado "$".

Su padre desde Nueva York ya había organizado todos los preparativos para que volviera sin problema alguno, no sabía porque motivó volvería antes de tiempo, lo único que suponía es que quizá había discutido con su esposo o que simplemente se había aburrido del viaje.

¿Por que tarda tanto? Esa zorra ya debe estar muerta.

Pensaba ella, para sí misma. Esperaba que con haberla asesinado Justin se dedicaría a ella, su padre manejaría el mundo para evitar todo cargo para ella, y así, viviría un feliz matrimonio.

Mientras esperaba su vuelo y a su esposo, se quedo quieta mirando a la nada cuando recordaba lo desdichada que ha sido desde que se unió para "siempre" con Justin. Y es que el magnate empresario, no la había vuelto tocar, ni sexualmente, más que cuando no podía soportar las ganas que tenía de estar con Ashley, para eso Amber tenía que tolerar cuando Justin gemía y pronunciaba el nombre de su amaba extraviada en ese entonces.

Justin pasaba el mayor tiempo de su matrimonio encerrado en su oficina, la de casa. Amber le llevaba el desayuno o la cena y se retiraba cansada de ser ignorada. Recordaba bien, como Justin la había amenazado apretándola del cuello mientras le prohibía entrar a su oficina, queriendo seducirlo o queriendo tirar aquella foto de Ashley que el poesía en su escritorio.

Justin había sido un hombre frío, desconsiderado y amargado desde ese entonces. Y siempre lo había sido, superficialmente para todos. Pero Ash, ella lo había descubierto en todas sus fases por completo, él se había desnudado en cuerpo y alma para ella, sólo para ella.

***

- ¿Que me paso? - pregunto Ashley, con una máquina de oxígeno y sus heridas adoloridas, en especial la del circlaje. Miraba a Justin confundida de pronto se aterró al pensar que había perdido a su bebé.

- No, no, no. Tranquila, él está bien. - la calmo Justin refiriéndose al pequeño.

Ashley frunció el ceño y luego una mueca de disgusto y dolor al recordar como había ocurrido todo. Al haberse despedido de Justin de su casa, se preparaba para darse una ducha, preparaba su cambio y encendió el agua caliente. De pronto, había sentido una gran presión en su vientre y una mano con un pañuelo humedecido en algún líquido que la hizo perder la conciencia, despertando sujetada del mueble de la televisión, mientras Amber la fulminaba con la mirada.

Justin se percató que quizá era en eso en lo que estaba pensando, le tomo de la mano y la beso, agregando:

- No te preocupes preciosa, ya la haré pagar por todo. - dijo en suma tranquilidad.
- ¿Que le harás? - pregunto inocentemente.
- Que no. Soy un hombre poderoso, puedo hacerle lo que se me plazca.

Aveces podía ser un poco misterioso, pero eso era justo Justin Bieber, una caja de Pandora, repleta de muchos secretos.

Siempre suya, Jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora