13. Damen.

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A la mañana siguiente Justin había tenido que salir, ya eran 3 días en los que se ausentaba en el trabajo, y para mi era una pena que mis padres no vinieran a saber de mi. Pero la compañía de este hombre me levantaba el ánimo. Durante su ausencia por un momento entro el doctor, con una gran sonrisa, traía buenas noticias.

- Señorita Posner, tengo una buena noticia.
- Dígame, ¿es sobre Damen? -dije feliz.
- Así es, por el momento ha podido despertar. No se por cuanto tiempo, porque debo anunciarle que el señor Damen tiene algunas fracturas en el cuerpo y además internas, es un milagro que haya despertado.

Mi sonrisa se desvaneció, me sentí devastada e inmediatamente le pedi al doctor me pudiera transportar al cuarto de Damen para hablar con el. El Dr. accedió por ser una situación que lo demandaba.

Al entrar, lo vi y el me dedico la más hermosa sonrisa. Me acerque a el en la silla de ruedas y el me miro petrificado, creyó que había quedado invalida. Tome su mano y a duras penas pudo decir algo.

- Hola, mi amor.
- No hagas esfuerzos, no tienes que hablar. -intente calmarlo. No estoy invalida, sólo un poco débiles las piernas. Pero dicen que saldré pronto de aquí.
- Tengo que decirte algo. -su voz se hizo sería y eso hizo que me tensara. La verdad, yo no creo que salga de aquí.
- Mi amor no digas eso, claro que saldrás de aquí, recuperaremos nuestra vida Juntos. -ahí fue cuando las lágrimas cristalizaron mis ojos.
- Princesa, no sabes lo mal que estoy, no me siento bien, no siento mi cuerpo ¿sabes lo que es esa desesperación? Tengo muchas fracturas, incluso internas, debería estar muerto, pero creo que la vida me dio una oportunidad para decirte que te amo con todo mi corazón y siempre te amaré. -Lo interrumpi, el llanto se hizo presente y no pude evitarlo.
- No, no por favor deja de decir eso. No quiero perderte, saldremos de esto.

La máquina que monitoreaba los latidos de Damen comenzó a disminuir,  comencé a decirle todo lo que sentía por el, al menos lo que recordaba y sabía que lo amo por lo tanto se lo hice saber, Damen sonrió al escucharlo y levantó sus labios en súplica de un beso, me levanté como pude de la silla de ruedas tomando de la mesa de junto que estaba ahí y de la camilla de Damen, le plante un tierno beso, lleno de amor puro y de pasión, el siguió mi beso hasta que de después sólo era yo besando sus labios. de pronto la máquina comenzó a sonar en señal de que Damen había muerto. Despertándome de aquel beso, caí al suelo y comencé a llorar desesperada y desconsoladamente, no había experimentado situación más terrible que ver morir al hombre que he amado por 6 años. Los doctores entraron rápidamente e intentaron hacer algo por revivir a Damen, las enfermeras me trataban de levantar pero yo me aferraba tanto al suelo, no quería vivir tampoco. Con fuerza y demás me lograron volver a sentar y en contra de mi voluntad me sacaron a toda prisa de la habitación. No podía dejar de gritar y llorar fuertemente gritando el nombre de Damen con todas mis fuerzas. Al dejarme en la habitación Justin ya se encontraba ahí, ni sí quiera le dedique una mirada. De pronto al subir a la camilla me calme un poco y las enfermeras me inyectaron un calmante, tan fuerte que me hizo caer en un profundo sueño.

Siempre suya, Jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora