31. ¿Celoso?

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- Pues yo no he aceptado tu renuncia, tampoco estas despedida. - respondió tenso y apretaba la mandíbula muy enfadado, su respiración era agitada.
- Pues tu no decides por mi. - respondí mientras me marchaba.

Los días habían sido muy diferentes, yo había comenzado en mi nuevo empleo. Sí vamos a iniciar algo, será a mi manera. Pero en cambio Justin se había puesto distante conmigo. Iba a diario por mi al trabajo pero el trayecto era silencioso ni sí quiera un "¿Que tal tu día?" Podía salir de ambas bocas.

Había puesto celoso al hombre empresario más codiciado de la ciudad; pensaba siempre que el silencio nos invadía haciéndome sentir halagada y a la vez triunfante. No por haberlo capturado, ni sí quiera me pertenece, pero era un gesto tierno y la vez desagradable porque Justin se había vuelto serio, posesivo y controlador en sentido romántico.

- ¿Que tal la nueva chica? - rompí el silencio. sabía que sí yo no volvería debía reemplazarme inmediatamente.
- Es mejor. - se limitó a decir sin dirigirme la mirada y sin soltar el volante.

Una corriente de celos me invadió el cuerpo ¿por qué? Era obvio que convivir con el sin permitirme salir de su hogar me hacia sentir algo, no que era suya, pero que Justin estaba decidido a pasar su tiempo conmigo, sino ¿para que me querría en su casa? Aunque era difícil de explicarle a los demás que relación teníamos pues, yo ya no era su empleada, tampoco su novia, mucho menos su amante.

Pero no tenía intención de demostrárselo y hacerle sentir que me había derrotado en algo, sonreí y respire para responder de la manera más tranquila sin mostrar sentimientos de celos.

- Que bien, así no tendrás dificultades.
- Sí, incluso tenemos buena comunicación mientras compartimos mi oficina. - BANG. Su semblante era de un triunfador, había logrado devolverme la jugada. Lo mire por el rabillo de mi ojo y podía verle sonreír sin haber conseguido ninguna respuesta era una gran satisfacción para él.

Al llegar a casa sin decirme nada se dirigió hasta su estudio. Ya estaba un poco más familiarizada con la casa así que con gran confianza decidí preparar algo rico de comer. Por algún motivo quise tener un detalle con Justin el cual nunca he tenido después de todo lo que el ha hecho por mi.

Preparé lasaña, puré de papa con salsa de champiñones y hornee un poco de pan. Coloque los platos en una bandeja hermosa y camine con cuidado hacia donde Justin estaba. Tal vez hacia esto por amabilidad, tal vez quería demostrarle lo buena persona que puedo ser sin causar problemas. Aunque Justin suele ser lindo para conseguir lo que desee conmigo en realidad es un hombre muy suspicaz, persuasivo, nada predecible, nunca de lo que hará al día siguiente o al instante. Aveces no lo reconocía cuando era un hombre de negocios, era como dos personas diferentes.

Siempre suya, Jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora