Capitulo 50.

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" ¡Esa es mi chica! "

Justin:

Mi madre no dejaba de mencionar lo emocionada que estaba por la boda, cada vez que la escuchaba decir que se sentía tan dichosa por verme llegar al altar con una "gran" mujer me sentía el patán más grande del mundo. Me sentía echando toda mi vida por la borda.

Ashley no me había vuelto a hablar, ni sí quiera aquella vez que le envíe al cachorro de regalo. La perdí para siempre. Pero el trabajo me absorbía tanto, debía dejar todo listo antes de la boda. Debía dejar los negocios resueltos para poder darle entrada al nuevo socio, el padre de Amber. Mis días en la oficina eran frustrantes. Las secretarías todas eran unas inútiles, ninguna era como Ashley, se que ella respingaba por todo, pero era eficaz, trabajadora y hermosa y el amor de mi vida. No había vuelto a ocupar el escritorio de coloque dentro de mi oficina, quería que en esa silla sólo permaneciera su olor, que las cosas se quedarán tal y como ella las había dejado. Sin embargo, se que ahora ocupa el escritorio de alguien más, Christian Harris. Era un maldito infeliz por tratar de quedarse con mi mujer, ella me pertenecía a mi.

Una semana después.

Justin:

Había organizado una junta de reuniones con todos los socios y algunos "prospectos" para iniciar una asociación nueva, invertir dinero y salir beneficiados. Llame a las mejores empresas, yo, el "Señor de señores" nombre de buen empresario.

Tenía unas pequeñas acciones que nunca les preste atención, pero sabía que sí involucraba un poco de dinero del bolsillo de cada socio haría una fortuna en el futuro, le veía potencial a algo tan pequeño.

Ya eran las 9:00 am, la reunión estaba dando comienzo. Tome asiento en el asiento que daba frente a los demás en la mesa rectangular que abarcaba para al menos unos 15 empresarios. Muchos de ellos ya ocupando asiento, pero era una invitación abierta que quise esperar unos cinco minutos más. De pronto, entro. Christian Harris, de la mano de Ashley. Lucía tan diferente, había obscurecido su cabello del Rubio al castaño, lucía totalmente hermosa. Esa es mi chica, no podía dejar de replicarlo una y otra vez mientras la veía caminar vestida tan formalmente, siempre con esos vestidos queme provocaban tantas ganas de llevarla a casa, desnudarla y hacerla mía.

Siempre suya, Jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora