Siempre suya, Jefe.

05. No te arrepientas.

El resto de la cena me sentía muy incómoda, no podía dejar de pensar en Damen que estaba sólo en casa mientras el imbécil de mi jefe me trataba como sí fuéramos algo más ¿porque no me presento como su empleada? ¿Será sólo para dar una falsa imagen? ¿Mañana todo será normal? Tantas preguntas me invadían y yo no veía la hora en que esto terminará y poder irme con mi novio. Apenas habían transcurrido 2 horas, eran las 10:00 pm y esto terminaría hasta después de las 11:00. De pronto se escucho el fuerte ruido de los truenos y relámpagos que se hicieron notar, acompañados del fuerte ruido de la lluvia, estaba segura que batallaría en encontrar un taxi y llegaría empapada a mi casa. Al terminar despedimos a algunos socios y colegas del señor Bieber, quedando así unas pocas personas que temían salir con la lucía y nosotros.

- Bueno, creo que mejor me voy ya. - dije mientras miraba esos ojos penetrantes.
- Señorita Posner, no puede irse así ¿está loca? ¿No ve como está lloviendo afuera? - levantando la voz.
- lo se, pero sólo es lluvia y tengo que llegar a casa, mi "novio" me espera.
- En ese caso, déjeme llevarla hasta su casa. Le devolveré el favor.
- Gracias. - acepte.
- Louis ha tenido que marcharse, así que sólo iremos usted y yo, de camino a casa.

Estábamos algo retirados, la lluvia más bien parecía una tormenta, no podíamos ver nada, las calles estaban inundadas y muchos autos estancados en el tráfico. Era imposible conducir en estas condiciones, tenía miedo de que tuviéramos un accidente, pero debíamos regresar. De pronto unos metros más adelante vimos como un enorme árbol se balanceaba de un lado a otro con el fuerte aire y la horrible lluvia. Detuvo el auto y justo ahí, el árbol sin más calló aplastando y dejando en pérdida total un auto estacionado, vacío por suerte.

- ¡Maldita sea! Es imposible seguir, jamás había llovido así. "Ash" lo siento, pero no podemos regresar.
- No se que decir, no puedo no llegar a casa a dormir. -dije estresada, muy desesperada.
- Pues a menos que quieras arriesgar tu vida, pero yo buscare un lugar donde pasar la noche. - dijo sin sí quiera mirarme. Dio la vuelta y yo aún en el auto. Estaba en busca de un hotel, cuando a 3 metros se veía uno, no importaba lo lujoso que fuera o no, lo necesitábamos. Entramos y por causa de la lluvia todas las habitaciones estaban ocupadas, ¿que coincidencia verdad? Excepto una suite, bastante cara.

- La queremos. -dijo extendiéndole su tarjeta de crédito a la recepcionista.
- ¿Esta loco? No compartiré una habitación con usted. -reproche molesta, estaba furiosa e incómoda, me sentía una total infiel sin Damen.
- No tienes opción, Preciosa. -mis mejillas y mi cara inmediatamente se ruborizaron. Hice una expresión de molestia y camine tras el a la habitación.

- No te arrepientas, no haremos nada malo. Soy su jefe señorita Posner, no intentare otra cosa.