*Visión de Pablo*
Con la respiración aún entrecortada me quité de encima de Mary y dejé caer mi cuerpo sobre el colchón de la habitación, iluminada por una pequeña lámpara que emitía un color anaranjado. Ella alargó la mano desde su sitio hacia sus pantalones, que estaban en el suelo, en busca de su paquete de tabaco como cada vez que lo hacíamos. Sacó del paquete el mechero junto con un cigarrillo y se volvió a recostar sobre el colchón. Colocó el cigarro sobre sus labios y lo prendió con el mechero. Entrecerró los ojos a la vez que aspiraba. Pocos segundos después expulsó el humo lentamente. Yo observaba ensimismado cada movimiento que ella hacía.
-¿Si no te fumas un cigarro después de hacerlo no te quedas satisfecha? –pregunté sonriéndole.
-Es una costumbre que tengo. –respondió pasándome el cigarro.
No dije nada más y tomé el cigarro que ella me ofrecía. Fumé de él y ambos nos quedamos en completo silencio. Dejé la mente en blanco y quedé hipnotizado con la vista clavada en un punto cualquiera. Ella continuaba fumando y acabó sacándome de mi embobamiento cuando se movió para taparse con las sábanas.
-¿Tienes frío? –pregunté mirándola al ver que la ventana estaba cerrada.
-Un poco. –respondió ella acomodándose entre las sábanas.
Me acerqué a ella para abrazarla y ella correspondió mi abrazo acurrucándose junto a mí. Justo antes apagó el cigarro en un cenicero que había en la habitación. Suspiró y noté como su aliento daba contra mi pecho. Me sentía realmente cómodo con ella en ese momento. De manera totalmente imprevista le pregunté algo que rondaba por mi cabeza desde hacía unos días.
-Mary. –dije llamando su atención. Ella emitió un sonido indicándome que me escuchaba. -¿Tú me quieres?
Ella quedó enmudecida tras mi pregunta. Desde luego no se esperaba que le dijese aquello. Era algo que me gustaría saber después de estar con ella en esta relación que no soy capaz de definir. Debo admitir que me daba miedo su respuesta, respondiese lo que fuese me daba miedo. No sabía lo que sentíamos el uno por el otro y nunca habíamos hablado sobre ello.
-¿A qué te refieres exactamente con querer? –preguntó ella levantando su cabeza para mirarme.
-No lo sé... -respondí confuso. -¿Tú que interpretas por querer?
-Es difícil. –respondió ella volviendo a apoyar su cabeza sobre mi hombro. –Sé que te aprecio, me gustas mucho y me siento muy a gusto contigo. Es una conexión especial.
-A mí me pasa lo mismo. –respondí a lo que ella dijo.
-Y para ti, ¿qué interpretas por querer? –preguntó ella interesada.
Medité bien mi respuesta. No quería confundirla, pero tampoco quería engañarme a mí mismo. Pero realmente no sé qué es lo que siento exactamente por ella, no encuentro las palabras exactas para darle forma a mi sentimiento.
-Para mí es algo similar a amar. –respondí mirando al techo.
Ella se quedó reflexionando mi respuesta. No sé si lo que dije era lo más adecuado en ese momento, pero sí que creo en lo que dije. De lo que no estoy seguro es de si siento eso por ella, pero la pregunta que me esperaba por parte de Mary no se demoró en venir.
-¿Es eso lo que sientes por mí? –preguntó ella mientras acariciaba con su dedo índice desde mi cuello hasta mi ombligo.
Suspiré al verme acorralado en una esquina, estaba muy confundido en ese momento.
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The Day That Never Comes
FanficCorría el año 1988. La monotonía invadía su vida. Los días de Carol, una chica de 17 años de lo más peculiar, pasaban uno tras otro sin diferencia entre ellos. Ella quería emociones, las cuales nunca llegaban. Acontecimientos que no tardarán en lleg...