Mis ojos se abrieron como platos tras lo que dijo Dave. Mary... ¿Ella podría ayudarnos? No quería preocuparla y dudo que ella sepa qué hacer si se entera de esto.
-¿Seguro...? –pregunté dubitativo.
Dudé si quizás decía aquello debido al delirio que estaba sufriendo.
-¡LLÁMALA YA, PABLO! –exclamó Dave gritándome junto con un alarido de dolor.
-Vale, vale... -dije volviendo a mirar el panel de los números de la cabina.
Eché un par de monedas más. Marqué el número de la casa de Mary rezando porque lo cogiese ella y nadie más. La llamada comenzó a realizarse... Después de cinco señales y viendo que nadie respondía me di por vencido y colgué el auricular.
Me sentía perdido, como un niño que se ha despistado de su madre sin saber qué hacer. Miré a Dave el cual se revolvía en el asiento del dolor. Me dolía hasta a mí verlo así y encima yo no podía hacer nada.
-No contesta... -dije con voz apagada.
-Súbete al coche. –respondió Dave con la respiración agitada.
Le obedecí y a paso ligero me dirigí al coche, abrí la puerta y me monté. Arranqué de nuevo y miré por el retrovisor para incorporarme de nuevo a la carretera.
-Te llevaré al hospital, no hay otra opción Dave. –dije cogiendo más velocidad.
-¡NO! –exclamó Dave dando una patada al coche con su pierna buena. –Vamos a casa de Mary, yo te guío.
-¿¡Qué!? –pregunté sorprendido.
-Lo que oyes, conduce que yo te guío. –respondió bajando la ventanilla de su lado del coche.
-Dave... No podemos plantarnos allí sin más. Estarán sus padres y no creo que les haga mucha gracia vernos a esta hora y estas condiciones. –dije señalando su pierna. -¿Quieres que nos denuncie? O peor, ¿quieres que me prohíba verla?
Dave tragó saliva. Interpreté que sentía una mezcla de furia, enfado y miedo. Cerró los ojos antes de responder, siempre que hace eso es para evitar darle un golpe a alguien. Entiendo que yo estaba siendo impertinente con él, pero lo hacía por él, solo intentaba mirar por su vida.
-Te voy a guiar y vas a conducir hasta su casa. Fin de la conversación. –contestó serio.
No respondí. Sabía que si Dave decía "fin de la conversación" es que la conversación se terminaba ahí si no querías salir mal parado. No convenía andar llevándole la contraria, así que decidí hacerle caso e ir a casa de Mary. Ojalá ella nos pueda ayudar, aunque más bien ojalá esté en casa ella y los padres no, si no íbamos a tener más problemas de los que ya teníamos.
Dave había ido a llevar a Mary esa misma tarde a casa mientras yo me instalaba en el apartamento de Dave, por lo que sabía llegar. Me estuvo guiando por el camino ciñéndose únicamente a las indicaciones. En cierta parte del camino noté como Dave empeoraba. Había comenzado a tener temblores y estaba pálido, al mismo tiempo que sudaba.
Debía darme prisa pero sin llamar la atención. Gracias a que era tarde, apenas unos cuantos coches se cruzaron con nosotros y debido a la oscuridad no se percataban del estado lamentable del coche.
Mis nervios estaban a flor de piel cada vez que me giraba levemente para observar a Dave. Intentaba controlar el dolor y mantener la compostura, pero le era prácticamente imposible.
-No hace falta que te hagas el machito conmigo. –dije sonriendo intentando hacer lo más amena posible la situación.
-Nunca me has visto llorar y nunca lo harás. –respondió tratando de ocultar una mueca de dolor a la vez que fingía una sonrisa.
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The Day That Never Comes
FanficCorría el año 1988. La monotonía invadía su vida. Los días de Carol, una chica de 17 años de lo más peculiar, pasaban uno tras otro sin diferencia entre ellos. Ella quería emociones, las cuales nunca llegaban. Acontecimientos que no tardarán en lleg...