Heridas abiertas del pasado

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-¿Cómo es Carol? –preguntó Dave interesado.

-Te traigo una foto, espera. –contesté levantándome del sofá.

Salí del salón en dirección a mi habitación. Rebusqué entre mis pertenencias y dentro del estuche de mi guitarra estaba la foto que traje conmigo en la que salgo con Carol. La admiré unos instantes. No pude evitar que una lágrima recorriera mi mejilla al recordar aquellos momentos con ella. Aquellos días en los que éramos dos simples adolescentes disfrutando de la vida juntos. Ajenos al mundo en el que ahora ambos estamos sumergidos. Era increíble como en cuestión de unos pocos meses nuestras vidas habían cambiado tanto. Y lo más importante, nuestra vidas se habían separado después de unos siete años juntos.

Decidí dejar de martirizarme recordando el pasado. Pero no podía dejar de preguntarme si Carol pensaba en mí, si me echaba de menos o si no querría volver a saber de mí. Quizás el hecho de que ella no hubiese intentado ponerse en contacto conmigo me indicaba más bien lo segundo. Y seguramente James le estuviese envenenando los pensamientos respecto a mí, y eso me enfurecía bastante.

Consideré la posibilidad de haberme equivocado cuando me marché de aquel hotel sin decirle nada. Cuando ella vino a despedirse de mí y yo no me digné a abrirle la puerta. Cuando me llamó y no fui capaz de responder. No le di siquiera la oportunidad de explicarse. Comencé a asustarme al ver que quizás fui demasiado radical, ella no tenía la culpa, ¿no?

Sin embargo no le faltó tiempo para lanzarse a los brazos de James. Pero, ¿qué explicación tenía que darme? ¿Qué se había enamorado? No había nada que explicar. Y encima me estuvo ocultando que hablaban a escondidas desde hacía semanas, incluso casi dos meses. No me dio ninguna explicación en su debido momento, ¿por qué debía dejar que se explicase después cuando en un pasado pudo hacerlo?

Me senté en el borde de la cama mientras aquellos pensamientos no hacían más que azotarme la cabeza. Me sentía desgraciado y hundido. Si yo hubiese hablado mucho antes de que James entrase en la vida de Carol quizás las cosas ahora fuesen completamente distintas. Quizás estaría en este apartamento con ella. Si James no hubiese aparecido, si no hubiese metido su mano en nuestra relación…

-¿Pablo? –dijo Dave desde el salón.

Volví a la realidad al percatarme de que Dave estaba esperándome en el salón. Me sequé las lágrimas e intenté disimular que había estado llorando. No quería mostrarme débil delante de nadie, y mucho menos delante de Dave.

Regresé al salón con la fotografía en la mano y me senté frente a él. Le acerqué la fotografía para que pudiese verla. Esperé una respuesta por su parte, sin embargo él se limitaba a examinarla en profundidad mientras sujetaba su barbilla. Finalmente levantó la mirada de la fotografía para observarme. Sus ojos se clavaron en los míos un par de segundos y volvió a mirar la fotografía. Tras eso dirigió nuevamente la vista a mí.

-Has cambiado. Pareces otra persona. –dijo serio.

-Lo sé. Esto me está afectando demasiado. –contesté con sinceridad mientras colocaba mi mano en mi frente y bajaba la mirada.

-Sé por lo que estás pasando. –contestó mirándome.

-¿Tú? Es imposible que lo sepas. Estoy enamorado, dudo que sepas qué es eso. –contesté fríamente.

-Te equivocas. –contestó Dave sin expresión en su voz pero relajado.

Levanté mi cabeza para observarle. Me había dejado de mirar y ahora era él el que estaba con su vista clavada en el suelo. Fruncí el ceño tras su respuesta. No podía creer lo que acaba de escuchar. ¿Dave Mustaine enamorado? No lo creo, seguramente me hubiese dicho eso para animarme. Pero por su comportamiento parecía todo lo contrario, parecía que decía la verdad. Y parecía que aún le afectaba. Mi curiosidad aumentaba en cuestión de segundos.

The Day That Never ComesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora