El nuevo

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-¿Vuestra banda? –preguntó Oliver confundido con su bajo aún colgado del hombro.

Me acerqué más y apoyé mi brazo sobre él.

-Sí, Oliver. John y yo estamos montando una banda. Él tocará la guitarra y yo también además de cantar. Nos falta aún un batería. Y tú eres el bajista perfecto para formar parte de nuestro proyecto. –dije sonriéndole. -¿Qué me dices?

Oliver se quedó observándome. Quizás pensaría que le estaba tomando el pelo.

-Sí, claro. Por supuesto. –contestó finalmente mientras me daba un abrazo. –Así que para esto querías bajar a verme tocar, ¿cierto?

-Exacto. No quería decirte nada para no ponerte nervioso. Pero sabía que eras la persona adecuada para lo que yo quiero. Para lo que John y yo buscamos. –dije señalando a mi amigo John.

John se levantó del sofá y se dirigió a Oliver para darle un abrazo.

-A ver si consigo enterarme de algún batería disponible. –dijo Oliver.

-Cuando te enteres de alguien me lo dices. –contesté.

-¿Tenéis ya nombre para la banda? –preguntó Oliver con curiosidad.

John y yo nos miramos a la vez. Estábamos pensando lo mismo, por lo que sonreímos al mismo tiempo. Volví a dirigir la mirada a Oliver.

-Sí. Addicted To Chaos. –contesté lentamente para que Oliver pensase detenidamente en el nombre.

Me quedé observando a Oliver esperando una respuesta por su parte. Él miró a la nada mientras acariciaba su barbilla y asentía poco a poco.

-Perfecto. –contestó volviéndome a mirar.

-¡Tomemos unas cervezas para celebrarlo! –exclamó John.

-Claro. Esperad, voy a la cocina por ellas. –dijo Oliver dirigiéndose a la pequeña cocina del apartamento.

John y yo nos quedamos solos en aquel instante. Nos miramos un par de segundos y asentimos. Habíamos hecho lo correcto. Oliver era la persona que buscábamos y encajaba perfectamente. El proyecto de formar una banda iba tomando forma poco a poco.

Oliver regresó con tres botellines en sus manos. Nos dio uno a mí y a John y él se quedó con uno.

-¡Por Addicted To Chaos! –exclamé alzando mi botellín al aire.

-¡Por Addicted To Chaos! –respondieron John y Oliver al unísono chocando los tres botellines entre sí.

Brindamos los tres y dimos un trago a nuestros respectivos botellines. Me sentía realmente contento y emocionado. Mi sueño finalmente iba a dejar de ser un sueño para convertirse en realidad. Mi trabajo y esfuerzo estaba dando sus frutos, estaba rodeándome de los mejores.

Seguimos celebrando la entrada de Oliver en la banda bebiendo más cerveza. Mi estómago había empezado a rugir, tenía bastante hambre. Eran ya las 04:00 PM. y hacía ya varias horas que había comido.

-Oye, Oliver. ¿Tienes algo de comer? Estoy hambriento. –dije soltando mi botellín sobre la mesa mientras eructaba.

-Sí. Voy a ver qué tengo por ahí. –contestó Oliver incorporándose.

Oliver se dirigió a la cocina y yo recosté mi cabeza sobre el sofá. La luz del sol daba de lleno sobre mis ojos y me proporcionaba un agradable calor.

-Pablo, ¿y si no tiene nada de comer? No quiero ponerle en un compromiso… -dijo John en voz baja.

-Ahora todo es de todos, John. –contesté desde mi posición sin moverme.

The Day That Never ComesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora