Carol hizo una pequeña mueca al oír aquella frase. Debía disimular, se encontraba entre la espada y la pared. Pablo le observaba con curiosidad esperando que ella emitiera alguna palabra para poder identificar quién llamaba.
- Hola… -contesta suavemente Carol.
- No sabía si te pillaría dormida, espero que no. –contesta James.
- No, no. No te preocupes, estaba despierta, charlando con Pablo. –dice Carol.
- ¿Interrumpo algo? En todo caso llamo mañana si te pillo en mal momento. –contesta James.
- En absoluto. –aclara Carol. –Espera un momento…
Carol tapa un instante el auricular del teléfono para que James no oyera lo que le iba a decir a Pablo.
- Es Helena. –dijo intentando aparentar tranquilidad.
- ¡Ah! En ese caso dile que si la llamada no podía esperar a mañana, me había asustado. –contestó Pablo cruzando los brazos.
- Descuida, se lo diré. –dice Carol con risa nerviosa.
- Me voy a dormir ya. Creo que no me necesitáis para una conversación de chicas. –dijo Pablo en tono burlón.
- Como quieras, que descanses Pablo. –se despidió Carol cuando Pablo hizo el ademán de marcharse. -¡Por cierto! ¿Qué era eso que tenías que decirme?
- No tiene importancia. –contestó Pablo con una leve sonrisa.
Pablo cruzó el umbral de la puerta del salón en dirección a la habitación de Carol, dónde ella le había preparado un colchón en el suelo para que pudiese dormir.
Ella se aseguró de que Pablo no podría escuchar la conversación que mantendría con James, y cuando consideró prudente, destapó la mano del auricular del teléfono. Se recostó en el sofá que había al lado de la mesita donde se situaba el teléfono y alcanzaba el cable. Pensó durante unos segundos la mentira que acaba de decirle a Pablo, y se preguntó si él se merecería aquello.
- ¿James? Perdona por la espera. –dijo Carol soltando un suspiro.
- ¿Todo bien? –contestó James con un tono de preocupación.
- Sí, solo era Pablo. Nos asustamos al ver la hora de la llamada, no lo esperaba. –contesta Carol.
- De eso se trata, Carol. –contesta James cierto tono de interés.
Unos segundos de silencio reinaron en la conversación. Hasta que Carol recordó que ya era 3 de Agosto.
- Por cierto James, ¡felicidades! Espero que disfrutes de tus veinticinco años… -exclamó Carol no muy fuerte para no llamar la atención de Pablo.
- Gracias Carol, eres la primera que me felicita. –contestó James escondiendo tras el teléfono una evidente sonrisa.
- Hubiera sido mejor felicitarte en persona. –dijo Carol algo apenada. –Me encantó el almuerzo, y la carta.
- Me alegro que te gustara. –contesta James con suavidad.
- ¿Cómo conseguiste mi número? –preguntó Carol al instante.
- Se lo pedí a Steve. Pensé en que al menos pudiéramos hablar por teléfono. –dijo James.
- ¡Ah! Claro, ¿podré llamarte a partir de ahora a este número? –preguntó Carol esperando emocionada un sí.
- Sí, es mi teléfono personal. Así que guárdalo bien, por favor. –le pidió James a Carol.
- No te preocupes. ¿Y cómo es que llamas a estas horas? –preguntó Carol con curiosidad.
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The Day That Never Comes
FanfictionCorría el año 1988. La monotonía invadía su vida. Los días de Carol, una chica de 17 años de lo más peculiar, pasaban uno tras otro sin diferencia entre ellos. Ella quería emociones, las cuales nunca llegaban. Acontecimientos que no tardarán en lleg...