Arriesgar para ganar

415 32 10
                                    

*Visión de Pablo*

-¿Cómo...? –dije tras escuchar lo que dijo Dave mientras estrechaba la mano de Charlie.

-Creo que estamos al completo, si no me equivoco. –dijo Charlie. –Me gustaría conocer a John y Oliver.

-Por... Por supuesto. –contesté aun asimilando que aquel chico era el que completaba la alineación de mi grupo.

-Chuck, déjale tocar tu batería a Charlie. Quiero que le haga una demostración a Pablo. –dijo Dave levantándose del sofá totalmente relajado, a diferencia de mí, que estaba tenso y nervioso. –Recordad que esto es una audición mutua entre vosotros. Luego Charlie querrá escucharte a ti Pablo, y a los demás también. Y a la vez soy yo el que os está audicionando a vosotros. Así que no me falléis, tengo fe en vosotros.

-Puedes confiar en mí, Dave. –contesté tratando de sonar lo más convincente posible.

-En calzoncillos pierdes toda la credibilidad, Pablo. –comentó Dave mientras reía.

En aquel momento me di cuenta que había ignorado por completo que llevase puesto alguna prenda inferior. No tuve más remedio que reírme yo también.

-Vamos, la batería está en el otro cuarto. –dijo Chuck levantándose también.

Los seis nos fuimos en dirección a la habitación dónde se encontraban algunos de los instrumentos. El cuarto estaba dispuesto de manera que aquello fuese un lugar de ensayo improvisado. Reconocí al instante que tenían algunos de los amplificadores que habían usado anteriormente a los que tienen ahora.

-Es la antigua batería que teníamos. La que usamos ahora está en el local de ensayo. Esta la tenemos como segunda opción para ensayar. Está un poco destrozada, pero espero que te pueda servir. –contestó Dave buscando un par de baquetas por la habitación.

-¿Este era vuestro antiguo equipo, Dave? –pregunté con curiosidad.

-Sí. Con esta preciosidad grabé algunas de las canciones del Peace Sells But... Who's Buying? –dijo Dave acariciando la pantalla y el cabezal de un amplificador de guitarra. –Pero acabo encontrando otras cosas que me acaban convenciendo más y adaptándose a lo que busco en ese momento.

-Ojalá dispusiese de la mitad del equipo que tú posees, Dave. –respondí observando el lugar.

-Algún día chico, algún día. –respondió Dave dándome un par de palmadas en la espalda. –Toma Charlie, puedes usar estas.

Dave lanzo un par de baquetas a Charlie y este se dirigió al sillín de aquella batería con tanto uso. Ajustó los herrajes y se acomodó. Estaba impaciente por escucharle. Sabía que era bueno, pues si no Dave no le habría contactado.

Charlie dio un par golpes al bombo con el pedal y puso una mueca dando a entender que el sonido era aceptable. Tras eso marcó un ritmo simple para ir aumentando progresivamente la complejidad. Comenzó a improvisar y ahí me di cuenta que Dave había dado en el clavo con ese chico. Se movía a una velocidad asombrosa tras el instrumento, aporreando con furia cada accesorio de aquella batería. Empezó a utilizar el doble bombo y aquello fue la cúspide, sabía manejarlo de maravilla sin perder el ritmo. Estuvo un par de minutos más tocando los cuales se me pasaron en cuestión de segundos. Me sentía totalmente hechizado por la magia que desprendía Charlie con el instrumento. Era ideal para lo que buscaba, y lo que más me sorprendía es que no estuviese pillado ya por otro grupo.

-¿Alguna petición? –dijo Charlie mientras jugaba con la baqueta de su mano derecha y posaba su mirada en mí.

Salí de mi trance y me di entonces cuenta que me estaba hablando a mí. Aún me sentía algo vergonzoso con Charlie, pues apenas habíamos hablado y no había mucha confianza. Sin embargo a él se le veía totalmente a sus anchas y tranquilo. Parecía estar acostumbrado a aquello. Dave pasó a observarme a mí también esperando una respuesta por mi parte, pero yo no sabía qué decir. Por lo que decidí darle la libertad de elegir.

The Day That Never ComesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora