Sinceridad

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Carol abusó esa noche del alcohol. Dejó la timidez atrás y dejaba paso a la euforia. Perdió la cuenta de cuántas cervezas tomó, pero era consciente de que eran demasiadas.

- Casi los veinticinco ya, James. Te haces viejo. –bromeó Gary.

- Intento seguir siendo joven. –sonrió James ante la broma de Gary.

La noche siguió avanzando. Los chicos parecían estar acostumbrados a beber, ya que tomaron la misma cantidad de alcohol que Carol, algunos incluso más, y todos parecían estar bien. No mostraban signos de ebriedad. Carol no tuvo tanta suerte. Aprovechando el efecto que alcohol hacía en ella, comenzó a hablar más que nunca.

- ¿Cuándo sacáis el nuevo álbum? –preguntó Carol con dificultad.

- Está previsto que sea para el 25 de Agosto. Si todo va bien para entonces habrá salido al mercado. –contestó Kirk.

- He escuchado algo del disco, no entero, pero si lo bastante quizás para decir que el bajo es prácticamente inaudible ¿cierto? –preguntó Carol con total libertad.

- Eso no es exactamente así, verás, la mayoría de las líneas de bajo de Jason siguen a la guitarra rítmica de James, hasta el punto de diferenciarse poco entre sí. –argumentó de inmediato Lars.

Carol había tocado un tema delicado, y quizás no era consciente de ello. A pesar de ello nada le frenó a continuar hablando. Jason se mantenía el silencio. Era obvio la situación de presión en la que se encontraba el muchacho, cargando el puesto de bajista que su antecesor, Cliff Burton, dejó tras morir. Ella estaba al tanto de todo eso, pero el tema se le fue un poco de las manos.

- El tema… mmm… ah, sí. To Live Is To Die, -a James se le cambió la cara. – ¿lo compuso Cliff antes de morir? –preguntó Carol mientras fijaba su mirada en James.

- Sí. Casi al final de la canción recito un poema que Cliff dejó escrito. –ante esta respuesta la voz de James se quebró un poco, pero casi instantáneamente se recuperó.

- Has cambiado, James. Ahora eres distinto. Transmites otro tipo de sentimientos que antes nadie había sentido. Tu voz es agónica y oscura. Esos preciosos ojos celestes… -dijo Carol mientras se acercaba a la cara de James examinando sus ojos. –están faltos de vida.

Steve y los chicos se dieron cuenta que el ambiente tan tenso que había podía cortarse con un cuchillo.

- Bueno pequeña, suficientes cervezas por hoy. –dijo Steve mientras le quitaba la media cerveza que le quedaba a Carol.

James no había articulado palabra ante el comentario de Carol. Mostró indiferencia, quizás para que no mostrar sus sentimientos en aquel momento. Pero no sabía si tomarse el comentario de Carol de buena manera o todo lo contrario. Los demás estaban expectantes ante la situación. Nadie había tenido la valentía de decir esas cosas a James. Pero esta vez lo había conseguido una muchacha de tan solo diecinueve años. Aunque razón no le faltaba.

- Espera un momento aquí, no te vayas. Tengo que hablar con alguien. –le dijo Carol a James con toda confianza. – ¿Tienes algunas monedas Steve?

Steve le dio algo de dinero a Carol y esta se dirigió hacia el teléfono desde el que anteriormente intentó llamar a Pablo. Echó las monedas por la ranura y marcó el número de su amigo cuidadosamente para no equivocarse.

- Joder, ¿quién es? Seas quien seas me has despertado. –contestó Pablo un poco de mal humor.

- ¿Pablo? Soy Carol, ¿has oído mi mensaje de voz? –preguntó Carol.

- ¿Qué mensaje? No he visto ni escuchado nada, Carol. ¿Dónde estás a estas horas? –preguntó Pablo esta vez con tono de preocupación.

- Estoy en un pub que hay cerca del estadio donde actuaban los chicos. Pablo, estoy con James. –dijo Carol tartamudeando.

The Day That Never ComesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora