Regalo inesperado

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El sol de media mañana que entraba por la ventana despertó a Carol. Eran las 12:15 PM. No se despertaba a esa hora desde hacia mucho. Al levantarse desayunó algo y fue a casa de Pablo para hablar del concierto de ese día.

Cuando llegó llamó con los nudillos a la gran puerta de madera de Pablo, pero nadie le habría. Optó por llamar nuevamente mas fuerte, hasta que oyó una voz de dentro de la casa pero no conseguía oír con claridad que decía. A los pocos segundos abrieron la puerta, era Pablo, con los ojos aún medio cerrados, su melena pelirroja toda alborotada y en ropa interior. 

- ¿Estabas dormido, verdad? -preguntó Carol entre risas.

¿Tú qué crees? -contestó Pablo medio bostezando. - Pasa, no te quedes en la puerta.

Carol hizo caso a Pablo y entró. Se sentó en el sofá de su amigo mientras este buscaba algo que picotear en la cocina. Carol iba a preguntarle a qué hora era el concierto, justo cuando en ese momento Pablo le habla desde la cocina. Parece que le leyó la mente.

- El concierto es a las 21:00 PM. Pero nosotros iremos antes para poder coger primera fila. Quédate a comer en casa y nos vamos juntos desde aquí en mi coche -dijo Pablo. 

- Eso justo te iba a comentar.

Comieron juntos y sobre las 19:00 PM cogieron el coche para dirigirse al concierto. Al llegar aparcaron por los alrederores y se dirigieron a la sala. Conforme iban llegando iban percatándose quién iría al mismo evento que ellos. Veían a grupos de chavales con camisetas de grupos como Iron Maiden, Motörhead, Megadeth, Metallica, Misfits y un largo etcétera hacia la sala. 

Cuando alcanzaron a ver la sala desde donde sería el concierto, se dieron cuenta de que eran los segundos en llegar, eso significaba que podrían estar en primera fila.

- Vas a conseguir muy buenas fotos esta noche, Carol. - dijo Pablo.

Llegaron a la puerta de la sala, había un gran cartel donde anunciaba que esa noche Exodus tocarían en esa sala a las 21:00 PM. Al acercarse la hora, Carol y Pablo empezaron a ponerse nerviosos. Siempre les pasaba lo mismo, a pesar de haber ido ya a unos cuantos conciertos. Al abrir las puertas, entraron como un rayo y se plantaron delante del escenario. Carol sacó su cámara de la mochila y se hicieron unas cuantas fotos.

El concierto comenzó. Estaban entusiasmados, gritaron como locos y Carol hizo muchísimas fotos. Hasta los miembros del grupo se percataron de la cantidad de fotos que ésta hizo durante toda la noche.

Al terminar el concierto, Carol y Pablo suelen quedarse para intentar hablar con los músicos antes de marcharse, le regalen púas, baquetas y cosas así para aumentar sus colecciones. Cuando casi todo el mundo se había ido, Carol y Pablo localizaron al cantante de la banda, Steve Souza. Y con algo de timidez se dirigieron a él.

- Dios, habéis estado geniales. -le dijo Pablo a Steve con una sonrisa de oreja a oreja.

- Gracias, chaval. Me alegro de que os haya gustado. Es lo que intentamos. - contestó Steve a Pablo. Cruzó un segundo la mirada con Carol y frunciendo el ceño le preguntó algo que le sorpredió.

- ¿Eres la que estaba echando fotos como loca en primera fila, verdad? -preguntó Steve a Carol con interés.

- Sí, era yo. - contestó ella algo ruborizada.

- Iré directo al grano, no me gusta andarme con rodeos. Nos hemos fijado en ti y la verdad es que necesitamos un fotógrafo. Tuvimos un pequeño percance con nuestro último fotógrafo y dimitió, y ahora no tenemos a nadie. Es urgente y creemos que puedes dar el perfil, ¿te gustaría trabajar como nuestra fotógrafa? Obviamente esto es aún algo informal, necesitamos ver como te desenvuelves estando en los conciertos. ¿Te importaría enseñarme las fotos que has hecho hoy?

¿Estaría este tío hablando en serio? ¿De verdad la querían como fotógrafa o le estaba tomando el pelo?

- ¿Quiere usted contratarme? - preguntó Carol tartamudeando. Mientras tanto, Pablo tenía los ojos como platos y estaba boquiabierto.

- Por favor, no me trates de usted, tutéame. Y sí, claro, nos gustaría mucho la verdad.

Carol tras esta contestación sacó automáticamente su cámara y le enseñó las fotos a Steve. Le temblaba el pulso.

- Mmmm... es distinto. No es a lo que estamos acostumbrados y la originalidad nos encanta. Dame tu número de teléfono y estaremos en contacto. -dijo Steve con toda naturalidad.

Carol, aún flipando, proporcionó a Steve su número de teléfono. Había encontrado trabajo, en el que se mezclaban sus dos hobbies mas preciados: la música y la fotografía. Nunca pensó que podía llegar a trabajar de algo así, ni se le pasó un segundo por su cabeza. No sabía cuando empezaría ni cuanto duraría, pero en forma de flash se vislumbró yendo de gira con Exodus, conociendo a gente nueva, a otros grupos en persona y un ambiente totalmente nuevo. Una nueva vida se posaba ante ella.

Solo había dos problemas: como lo compaginaría con sus estudios universitarios y su relación con su amigo Pablo. No se despegaban el uno del otro, y empezar esa nueva vida le resultaría extraño vivirla sin él, su compañero de aventuras.

A tan solo una semana de cumplir la mayoría de edad, Carol había recibido su mejor regalo de cumpleaños anticipado. 

The Day That Never ComesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora