2. El huracán Jaebum

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Una casa bastante lujosa, moderna, bien decorada, limpia, ordenada y con calidad. Un llamado penthouse. Estaba situado en todo el centro y el diseño era increíble. La única peculiaridad que tenía era que no era un edificio normal donde se encontraba aquel ático, era la parte de arriba de un hotel. Aquello podía tener sus ventajas y desventajas para una persona normal, pero para él era el lugar perfecto para vivir durante el tiempo que disfrutara de aquello, cuando se cansara simplemente podía irse a otro lugar.

Había pasado el día entero fuera y realmente estaba cansado así que, mientras se hacía la cena, él aprovechó para tumbarse en el sofá y mirar algunas cosas en su móvil. Mensajes, su Instagram, noticias que le parecían interesantes... Y entonces alguien vino a interrumpir su momento al entrar en el salón.

-Jaebum.

-¿Qué pasa? ¿Ya está la cena?

-No es eso. Me acaba de avisar uno de los camareros que han venido a cenar al restaurante tu madre.

-¿Mi madre? Yo no tengo madre.

-Jaebum.

-No tengo madre. Que me traigan la cena aquí. Nunca voy a cenar al restaurante, no sé cuál es el problema de que una señora haya venido. ¿Impide eso que cene yo en mi casa?

-No –dijo el chico y se retiró de allí para reunirse con el camarero y que avisaran a la mujer de que JB no iría.

Poco después llevaron la cena y su amigo apareció de nuevo, solían cenar juntos así que comenzaron a comer en silencio. Era un tanto incómodo para el menor de los dos y JB lo sabía, pero no hizo nada por romper el hielo, aquella inesperada visita le había arruinado la noche.

-¿Mañana vamos a entrenar por la tarde?

-Qué remedio, tenemos que ir a la revista esa por la mañana. ¿Has buscado información del estilista? ¿Es bueno?

-No lo sé, es tailandés y lleva dos meses trabajando allí, su anterior trabajo lo había compartido con el estilista que había antes y esta es la primera colección que realiza por su cuenta.

-Un novato... ¿En Tailandia hacía algo decente? –preguntó JB con desagrado.

-Allí siendo joven ganó popularidad, pero en los diseños que se ven en la red no sale ropa muy habitual, eran trajes de mujer de gala y algunos tradicionales de allí.

-Genial, novato y sin diseñar ropa masculina decente.

-A lo mejor sí ha diseñado para hombres antes...

-Jackson, me da igual, si no me gustan los diseños no me los pienso poner.

La cena duró poco más, con el humor del modelo era imposible mantener una conversación normal así que se despidieron y Jackson se fue a su casa.

Era chino, había practicado distintas artes marciales y era amante del deporte, se conocieron en un gimnasio y desde entonces se hicieron amigos. Era un chico guapo y sexy, tenía mejor cuerpo que JB pero era más bajito que él, aunque tampoco pretendía ser modelo ya que le gustaba el anonimato. A parte de ser buenos amigos se complementaban bien llevando una vida prácticamente juntos. Jackson a veces servía de guardaespaldas, de traductor en algunos idiomas y a veces hasta de secretario, sin dejar atrás el hecho de ser su entrenador personal. Por otro lado JB ofrecía a su amigo su sueldo habitual con algunos pluses y le daba la oportunidad de viajar por el mundo junto a él; y fuera del trabajo confiaban el uno en el otro como si fueran hermanos.

Llegó el día siguiente, eran las 11 de la mañana cuando JB, Jackson y su mánager entraron en la revista esperando a ser atendidos, no tuvieron que esperar más de 1 minuto cuando los llevaron a la oficina de Bambam. El mánager los dejó allí para poder hablar con uno de los jefes de la revista.

Let me (GOT7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora