21. Como dos niños

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Habían pasado dos semanas desde aquel día. Mark y Jackson habían seguido quedando e incluso empezaron a ir al gimnasio juntos tres veces por semana. Seguían con la relación en el mismo punto, se besaban de vez en cuando y necesitaban tocarse o abrazarse constantemente, aprovechando cualquier ocasión. JB a veces iba al gimnasio con ellos pero no se juntaba con el americano, no sabía de qué hablar con él aunque los dos eran educados y se saludaban.

Ni Bambam ni él habían vuelto a verse o hablarse, aunque no había un solo día que alguno recordara al contrario para mejor o peor, pero en sus mentes seguían muy presentes. Tampoco habían hablado durante esos días con Mark y Jackson del tema del "beso", pues aunque no hubo beso ellos vieron lo que vieron, pero no preguntaron. Al americano con los días se le pasó el enfado y ya estaban normales, a pesar de que se veían menos ya que él salía con el chino cuando tenía ocasión y alguna noche también la pasó con él. Sin hacer nada, eso sí, porque iban sin pausa pero sin prisa.

Aquella tarde habían decidido ir a casa de Bambam y Mark a merendar, ya era viernes y Jackson estaba a punto de llegar. El americano no se preocupaba tanto de su apariencia, después de que se hubieran visto sudando en ropa deportiva, despeinados o incluso casi desnudos al dormir había nacido una cierta confianza que le permitía ponerse cualquier ropa y saber que al chino le iba a gustar de cualquier forma, pues eso le pasaba a él también con el menor.

Cuando llegó, Mark y Bambam estaban hablando de cosas del trabajo. Cotilleaban como dos viejecitas sobre el rollito tan extraño que se traía su amiga JaeKyung con un becario nuevo que habían metido en la empresa, se conocían de antes y parecían conocerse muy bien.

-Te digo que son novios –dijo el tailandés.

-¿Por qué tienen que ser novios? Jackson y yo no somos novios y actuamos de una forma parecida.

-Jackson y tú sois... ¡La puerta! –dijo Bambam tras escuchar que alguien llamaba.

-¡Voy! –gritó Mark.

Estaba tan cómodo con unos pantalones de chándal negros, pitillo pero anchos que le quedaban maravillosamente, como cualquier cosa que se pusiera, y arriba una sudadera de color gris que no dejaba ver el cuerpazo que tenía.

Abrió la puerta y se encontró con Jackson sonriendo, él iba un poco más arreglado con unos jeans y un jersey ancho y largo que le llegaba por los muslos, de color azul marino. Sobre eso llevaba su abrigo negro.

Cuando se vieron se acercaron a darse un cariñoso beso en los labios, aunque muy corto, y se agarraron la mano para ir al salón con el menor.

-¡Hola Jackson! –saludó Bambam animado desde el salón.

-Hola –dijo Jackson con una sonrisa mientras se quitaba el abrigo que luego colocó en el respaldo de una silla para que no se arrugara.

-¿Hoy no vais al gimnasio? –preguntó el tailandés. Se había acostumbrado a tener allí algunas tardes al chino.

-Mark está cansado, es un flojo –bromeó Jackson, pero se llevó un guantazo en el brazo por parte del fotógrafo.

-¿Cómo que soy un flojo? ¿Quién dijo que tenía agujetas? –preguntó Mark.

-Vale, sí, fui yo –se quejó el chino riendo un poco pero se acercó a agarrar al mayor por la cintura abrazándolo por detrás con fuerza.

Ellos dos reían como dos idiotas y Bambam los miraba con una sonrisa, le gustaba mucho la pareja que hacían y se veían adorables, aunque le gustaría tener a alguien que le hiciera pasar tan buenos ratos como ellos, con esa complicidad.

Let me (GOT7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora