35. Torpe Bambam

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Bambam se desnudó cómo pudo con un brazo, aunque hubiera preferido hacer una hora de zumba y hubiera estado menos cansado. Se preguntaba cómo podían vivir los mancos toda la vida cuando él no era capaz ni de quitarse la camiseta. Los pantalones le resultaron más fácil y los calzoncillos también. Se metió en la ducha galáctica y tenía botones y grados de temperatura para regular. Se preguntaba si la tecnología del futuro se dedicaba a facilitar la vida de las personas o a complicar tanto la existencia de una persona que no podía ni ducharse. Tras cinco minutos tocando botones logró que saliera agua de todos los chorros menos del normal y encima el agua salía congelada. Se quejaba en voz alta y por más que lo intentase no entendía el mecanismo. Lo intentó un par de veces más pero finalmente tuvo que llamar a JB. Se pegó a los azulejos de la ducha para que no le viera su preciado trasero. No había una mampara, y los azulejos donde se apoyó eran medio transparentes, pero no pensó aquello. Con sus dos manos se tapó la parte delantera y quiso que le tragara la tierra.

El modelo entró a los pocos segundos de escuchar la llamada y se preguntó qué hacía el estilista con el culo pegado a sus bonitos bloques de vidrio.

-¿Qué pasa?

-No sé cómo se enciende la ducha –dijo Bambam con toda su vergüenza.

JB evitó reírse y se acercó hasta la ducha, aunque no lo miró porque si no sabía que aquella noche soñaría con él.

-Mira, primero seleccionas en el lado caliente los grados a los que quieres el agua y cuando lo hayas decidido presionas hacia el interior y sale el agua normal de arriba, si le das a estos tres botones salen los chorros de izquierda, derecha o los dos, salen a la misma temperatura que has seleccionado, si no eliges ninguna entonces todo el agua sale fría –explicó JB dándole la espalda.

-Vale... Gracias –dijo Bambam, iba a quejarse de lo complicada que estaba siendo manejar aquella ducha pero el modelo estaba comportándose bastante bien así que no iba a crear una guerra.

-Por cierto, los azulejos son transparentes –dijo JB antes de salir del baño con una sonrisa malévola.

Bambam se fijó en dónde estaba apoyado y casi llora, quejándose consigo mismo por lo torpe que era. Logró ducharse al fin y cuando salió de allí se secó con las toallas que le había dejado, aunque no se la podía atar a la cintura. Suspiró quedándose desnudo y se echó la crema que llevaba en su mochilita. Una vez terminó intentó ponerse los calzoncillos pero con el cuerpo embadurnado de crema aquello no subía, estaba pegajoso y se le iban a llenar de crema, odiaba sentirse mojado así que se quedó pensando un rato mientras se secaba la crema, pero no se absorbía.

-Voy a denunciarles, pone rápida absorción. ¡Qué clase de crema se absorbe rápido! Si es que te lo crees todo Bambam, te lo crees todo. ¡Absórbete crema!

JB llamó a la puerta, estaba cansado de esperar.

-Bambam me quiero duchar, deja de hablarle a la crema.

-¡Es que no me sube la ropa! –se quejó el tailandés desde dentro.

-Voy a entrar –gritó JB.

Bambam gritó que no, pero se tapó con sus manos como pudo la parte delantera, la trasera al parecer ya la había visto. El modelo entró y vio los calzoncillos en el suelo tirados debajo de sus piernas y al estilista tapándose como podía. Apartó la vista tras fijarse unos segundos en su cuerpo y carraspeó.

-¿Quieres que te ayude?

-Eh... Mnh... -Bambam balbuceaba sin dar una respuesta lógica porque no pensó que nunca tuviera que estar desnudo delante de aquel hombre.

Let me (GOT7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora