16. Soluciones para el frío

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Mark y Jackson cenaron tranquilamente en el Italiano y cuando salieron el viento soplaba con algo de fuerza, por lo que hacía un poco más de frío. Habían hablado sobre dar el paseo así que comenzaron a caminar, estaban en un lugar céntrico, los edificios eran altos y todo estaba lleno de luces, los coches pasaban veloces por las avenidas de varios carriles y al ser viernes, había mucha gente en la calle.

-¿Tienes frío? –preguntó el chino al mayor.

-Un poco...

Jackson se acercó a él y pasó un brazo por sus hombros, aunque era más alto que él, y Mark aunque estaba avergonzado por el hecho de ir caminando por la calle, se acercó a abrazarlo también. Siguieron en silencio un rato, pero no estaban incómodos, el abrazo les reconfortaba, pero sí que estaban nerviosos.

-¿Mejor así?

-Mucho mejor –respondió el americano.

-Podemos ir al coche y damos la vuelta allí dentro, hará menos frío seguro.

Dieron la vuelta y se encaminaron al coche, no estaba lejos. Se separaron para poder entrar y ya se estaban echando de menos. Jackson condujo hasta la orilla del río Han para sorpresa del americano, que pensaba que irían a su casa directamente. Se bajaron del coche miraron al agua. Era bonito ya que estaba todo iluminado y se podía pasear. Como hacía frío se abrazaron de nuevo y caminaron unos pasos hasta la barandilla que los separaba del agua.

Se quedaron en silencio simplemente disfrutando de la compañía. Un ratito después se quedaron cara a cara, Mark lo rodeaba por el cuello y Jackson por la cintura. Sonreían nerviosos y hasta dejaron escapar una risa nerviosa.

-Estás muy guapo esta noche –dijo el fotógrafo.

-Y tú precioso... Eres muy guapo.

Mark sonrió con cierta vergüenza y llevó una de las manos a la mejilla ajena. Sus estómagos estaban doliendo de los nervios que sentían, pero les gustaba sentirse así. Jackson llevó una mano también para acariciarle la cara y muy lentamente se fueron acercando para unir sus labios a la par que cerraban los ojos.

El beso fue tranquilo, cariñoso y un poco corto, pero fue suficiente para que les quedara claro lo que sentían, se gustaban mucho y ahora ya no había duda. Se acercaron para darse un par de picos más y luego se abrazaron muy fuerte. Después de estar así un rato más en silencio se separaron para poder mirarse a los ojos.

-¿Quieres ir a mi casa? –preguntó Jackson acariciando una de las mejillas ajenas.

-Claro...

Y eso hicieron, fueron a la casa del menor. El trayecto se hizo corto aunque silencioso, Mark miraba al chino y eso le ponía nervioso, aunque de vez en cuando se dejaban suaves caricias en las manos.

Al llegar a casa el primero en entrar fue Jackson que fue encendiendo luces, se descalzaron y se adentraron en el salón quitándose los abrigos que dejaron colgados en las sillas para que no se arrugasen.

-¿Quieres tomar algo?

-Estoy bien –dijo Mark sin saber si seguirlo hasta la cocina o no.

-¿Ni si quiera algo calentito? ¿Un caldo? ¿Leche con chocolate? Así entras antes en calor.

-Está bien, leche calentita. ¿Te ayudo? –preguntó el americano yendo a la cocina. La mayor parte del tiempo hablaban en inglés y eso para él era perfecto así podía comunicarse más rápido y sin tener que pensar tanto antes de responder, aunque hablara el coreano con fluidez.

Let me (GOT7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora