25. Aquí hay gato encerrado

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Jackson estaba despeinado y vestido con ropa de andar por casa. Estaba en la cocina con sus padres y les preparaba algo de cenar. Mark se había tenido que esconder dentro de un armario con la ropa que traía puesta. Ya no sentía molestia, ahora solo estaba asustado y preocupado. Los padres del chino hablaban alegres de lo bien que les había ido el viaje y que estaban contentos de que su hijo estuviera en casa aquella noche.

-¿Y por qué has tardado tanto en abrir, cariño? –preguntó su madre. Ella se había empeñado en cocinar pero su hijo no le dejó.

-Estaba en la ducha, por eso...

-¿En la ducha? Con el pelo seco –dijo la madre mirando alrededor, buscando indicios de que hubiera otra persona con él.

-¡No! Me iba a duchar, me iba a duchar cuando de pronto sonó el móvil, ya tenía el agua corriendo cuando sonó la puerta –dijo el menor tratando de explicar.

-Yo le dije a tu madre que seguramente te íbamos a arruinar los planes de esta noche... ¿No sales con tus amigos? –preguntó el padre.

-¡Sí! Ya he salido hoy, por la tarde estuve fuera todo el tiempo, en realidad acababa de llegar a casa... ¡Casi nos cruzamos en el portal! Pero... ¿cómo es que estáis aquí? ¿Por qué no me avisasteis de que vendríais?

-Era una sorpresa, siempre sueles ir a China... ¿Cuántas veces hemos venido a verte a Corea? –preguntó su madre olvidando el tema de encontrar a otra persona allí.

-Cuando le mandaste a tu madre la foto del Jiaozi que preparaste decidimos que debíamos venir a verte pronto –añadió el padre.

-Seguro que echas de menos la comida casera –dijo la madre sonriendo.

-Sí... sí, mucho. Pensaba ir pronto a casa –dijo Jackson tratando de procesar todo lo que estaba ocurriendo.

-¿Tienes trabajo mañana? Hemos pensado que si estás incómodo con nosotros nos iremos a un hotel, cariño –dijo su madre rebuscando entre unos papeles en su bolso, le mostró una foto de un hotel muy bonito.

-Eso... Mamá, no me engañas, tú quieres ir al balneario y eso de no estar en mi casa es una excusa –dijo Jackson al ver qué hotel era.

-Bueno, igualmente podemos ir al balneario un día... ¡Tenemos muchos! –le dijo la mujer a su marido ilusionada.

-¿Cuánto tiempo os quedaréis? –preguntó su hijo.

-Dos semanas –dijo el padre divertido por lo que decía su mujer. –Iremos al balneario cuando quieras.

-Entonces debería ir a prepararos la habitación. ¡Mamá! El arroz va a pitar pronto, las verduras ya están listas... Papa, ve poniendo la mesa, esta es vuestra casa también... Llevaré las maletas a mi habitación –dijo Jackson sonriendo y salió de allí apresurado.

Llevó las maletas a su cuarto y enseguida abrió el armario donde vio a Mark oculto entre las camisas y los pantalones. Seguramente si fuera una escena de película se habrían reído, pero en ese momento no tenía gracia ninguna, de no ser porque el americano tenía un calcetín en la cabeza.

-¿De verdad están aquí tus padres? –preguntó Mark en un susurro.

-Claro... ¿Crees que te mentiría en eso? Nunca vienen, nunca, y menos sin avisar –dijo Jackson disculpándose y le acarició la mejilla.

-¿Cómo hacemos para que yo salga de aquí?

-No lo sé –dijo Jackson suspirando.

La madre entró y solamente escuchó a su hijo hablando con el armario y decir "no lo sé", aunque no escuchó la otra voz.

Let me (GOT7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora