61. Mojados

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Allí estaban ellos, a las ocho de la noche, con frío. Se veía caer la nieve desde el cristal de la ventana y aún estaban mojados tras haber vuelto de la calle. Lo primero que hicieron fue poner la calefacción. Habían estado sudando por el ejercicio y también por la carrera que se habían pegado escaleras arriba, puesto que el ascensor estaba averiado.

-¿Nos duchamos?

-Ve primero, debo llamar a mi madre.

Se dieron un beso en los labios y entonces el mayor desapareció por el pasillo como un rayo, pues era muy friolero. El otro se dispuso a llamar por teléfono.

-¿Mamá?

-Dime, cariño. Estábamos a punto de cenar.

-Si quieres puedo llamarte más tarde...

-No, hijo. Dime qué quieres. ¿Está todo bien? ¿O solo me echas de menos?

-Es porque mis regalos van a ser enviados a tu casa, los compré por internet. Deben llegar mañana o así –explicó Jackson.

-Ah... Está bien hijo, no tenías que preocuparte. ¿Qué tal con tu chico?

-Bien, todo bien, hemos llegado ahora del gimnasio –respondió Jackson, que miraba cómo caía la nieve desde la ventana. También tenía frío.

-¿Qué día vais a llegar?

-El 22 por la tarde. ¿Sophia viene?

-Claro, hijo, cómo no va a venir tu hermana.

Jackson sintió unas manos por detrás acariciando su abdomen, comenzando a bajarle la cremallera de la chaqueta. Sintió un cosquilleo y cerró los ojos para concentrarse en no decirle una burrada a su madre.

-Mamá... Entonces nos vemos pronto.

-¿Ya me cuelgas?

-Es que ibais a cenar, yo voy a poner a calentar mi cena también.

-Ya, ya... ¡Dale recuerdos a Mark!

-Sí, de tu parte mamá... ¡Adiós!

Colgó el teléfono y frotó su cabeza contra la del americano.

-¿Ya te has duchado...?

-Es que... he pensado que me gusta más cuando te duchas conmigo y... era mejor esperarte –susurró su novio dejando un beso en su nuca.

-Ah... Bien pensado eso, muy bien pensado...

Jackson se giró para darle un beso, pero el mayor era más rápido y se apartó empezando a caminar al baño. El menor sonrió y lo siguió contento de sus vistas, pues el otro estaba en calzoncillos.

Cuando estaban a punto de llegar a la puerta, el chino lo agarró por detrás y lo empujó contra la pared para aprisionarlo y así poder besar sus labios. Fue sin duda correspondido, aunque en un tono más juguetón que cariñoso. Mark metió sus manos, algo frías, bajo la camiseta de su novio. Este se sobresaltó, pues ya de por sí tenía frío, pero por esas manos era capaz de soportar lo que fuera necesario.

-Mnh vamos que estás muy mojado –susurró el americano.

Le dio un suave empujón y se coló en el baño antes de que pudiera agarrarlo de nuevo. Se apoyó en el lavabo, coqueto, mirándolo con una sonrisita. El guardaespaldas se acercó a él y llevó directamente una mano a su entrepierna a la vez que le robaba un beso. El mayor dejó escapar un gemido.

-Pon el agua fresquita...

-Jackson, estamos helados.

-Tú no la pongas muy caliente, que caliente ya te voy a poner yo.

Let me (GOT7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora