Kate se despertó justo con el primer toque de la alarma. La apagó inmediatamente para no despertar ni a Richard ni a Alexis. Tardó un par de minutos en soltarse de los brazos de la pequeña y del escritor. Cuando dormían se aferraban a ella como auténticos pulpos y eso le hacía sentirse tan querida que no pudo evitar sonreír, mientras abandonaba la habitación.
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Al llegar a comisaría, Kate, tomó la decisión de dar un giro a la investigación o sino, aquello, terminaría tan mal como el caso del pequeño Samuel. Así que, en cuanto se tropezó con Espósito y Ryan, les puso al tanto de su idea y ellos aceptaron al momento. Cara a Sorenson estarían fuera del equipo. De esta forma tendrían total libertad de movimiento para investigar otras vías que habían sido cerradas a cal y canto. Como por ejemplo los propios padres. Sus familiares más cercanos. Amigos. Conocidos. Para su ex novio, no tenía importancia. Su obsesión por anotarse un nuevo éxito contra la mafia internacional era superior a rescatar al menos, sano y salvo. No podía negar que fuese bueno, pero sus prioridades no siempre iban acordes con las suyas.
Una vez dejó listo el plan con sus compañeros, fue en busca del agente Sorenson para acudir a 'Stewart Enterprise', donde habían acordado reunirse con los responsables de cinco de sus departamentos. Aunque de haber sabido lo poco infructuoso que iba a resultar, se hubiesen ahorrado esos minutos perdidos. En menos de dos horas estaban de vuelta y sin nada nuevo a la vista. Lo único positivo es que cuando Kate comunicó al FBI que sus dos compañeros debían dedicarse a otros casos que acababan de llegar a comisaría nadie sospechó nada extraño. Su plan estaba activo.
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Richard llegó sobre las 11 de la mañana. Antes de subir se detuvo en la cafetería que hacía esquina para comprar el café preferido de Kate. Sabía que si las horas de trabajo se habían complicado, degustar su bebida favorita ayudaría en cierta medida. Con lo que no contaba era con lo que vio al salir del ascensor y llegar hasta la mesa de la inspectora. Cuando giró su rostro hacía el sonido de varias personas riéndose, se tropezó con el agente Sorenson, retirando un mechón de pelo de Kate, y entregándole una taza de café. Ambos se mostraban relajados, uno frente al otro. Al sentir que el café que tenía en la mano le estaba quemando, bajó su mirada y se sintió como un auténtico estúpido. Soltó el vaso. Cayó a la papelera. Metió sus manos en los bolsillos de su vaquero. Miró a Kate una vez más. Y se giró para irse a casa.
Espósito, que había estado observando todo tras él, se interpuso en su camino.
- ¡Ey, Castle! - le sonrió.
- Hola Espósito.
- Ryan y yo te estábamos esperando. Vamos. - le indicó que le siguiese. Richard fue tras él no sin antes volver su mirada hacia la sala de descanso, justo en el mismo instante en el que el agente Sorenson lo miraba a él de manera desafiante y alargaba su mano para volver a recolocar aquel mechón rebelde de la detective.
- Vamos Castle. - tiró Espósito de él, que volvió a buscarle al ver que no seguía sus pasos.
Ryan los estaba esperando delante de varios ordenadores y una pantalla táctil, con varios mapas incorporados. Al entrar, Espósito cerró la puerta con llave.
- ¿Y esto? - preguntó Richard confuso.
- Esto es el plan B de la investigación. Idea de Beckett. - informó Ryan - Supuestamente estamos fuera de juego por otras investigaciones que han entrado pero la realidad es que estamos siguiendo otras pistas que Sorenson ha pasado por alto. O más bien ha pasado de ellas.
- Vaya... - Richard no sabía qué decir, estaba sorprendido.
- Beckett quiere resolver el caso cuanto antes. - Espósito le indico una de las sillas - Nos ha dicho que ayer le comentaste la posibilidad de comprobar ciertos datos del padre. ¿Alguna idea?
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La sonrisa de su mirada
FanfictionRichard Castle la recuerda. Como si fuese ayer. Como si el tiempo no hubiese pasado. Y es que ella llegó a su vida de pronto, justo cuando más necesitaba una mano amiga, una mano a la que aferrarse y no saltar al vacío. Y cuando el destino vuelve a...