Nerviosa. Demasiado nerviosa. De vez en cuanto traqueteando con las piernas. Y Richard, mirándola de reojo, sonrió. A punto de llegar a Madrid, Kate solo quería abrazar a su hija.
- ¿Tienes ganas de verla?
- Me muero por verla, Rick. - lo miró sonriendo.
- Estás nerviosa... - le guiñó un ojo.
- ¡No te rías! - le dio un toque en el hombro, sacándole la lengua.
- No queda nada... media hora y estaremos con ella.
- Parezco una niña, ¿verdad?
- No, para nada. Me pareces una madre excelente.
****
Media hora más tarde, Richard y Kate, atravesaban la Gran Vía madrileña. Llegaron al hotel, hasta el parking. De ahí, tras un minuto en el que casi se pierden, llegaron al hall.
- ¡Mamiiiiii! - una pequeña pelirroja corría hacia los brazos de Kate que la estrechó con toda la fuerza.
- ¡Cariño! ¿Cómo estás? - besó su carita por todos los lados.
- ¡Bien, mami! ¿Vamos a los animales? - preguntó agarrando la cara de su madre con sus dos manitas.
- Primero nos instalamos en la habitación y después lo organizamos todo, ¿vale? - besó su naricita.
- ¡Sí!
- ¿Y yo calabaza? - asomó Richard su cara por uno de los hombros de Kate - ¿Para mí no hay nada?
- ¡Papi! ¡Papi! - estiró su manita para acariciar su mejilla.
- ¿Me das uno de esos besos tan ricos tuyos?
- Hmmm... - Alexis se acercó un poco hasta su padre para plantarle su beso.
- ¡Mi calabaza en la mejor!
- ¡Sí papi! ¡La mejor! - aplaudió.
- Vamos a la habitación... - Richard le enseñó la llave a Kate.
- ¿Y nuestros padres? - buscando por la zona.
- Estabas tan atenta a tu hija que me han dicho que se iban a dar un paseo. Ramón y Carmen los estaban esperando. Así tenemos un rato con la niña. - le guiñó un ojo.
- ¿Lo has pedido tú verdad?
- ¿Te molesta? - preguntó preocupado.
- ¿Molestarme? ¡Es la cosa más adorable que has hecho por mí!
- ¿De verdad?
- Hmmm... - lo besó.
****
Los tres subieron felices hasta la habitación. Cuando entraron, Kate, no pudo evitar desencajar su mandíbula. La habitación era enorme. Con un pequeño salón incluido. Y una habitación para Alexis. Richard, al ver lo abrazadas que estaban Kate y su hija, no pudo evitar reír.
- ¿De qué te ríes? - preguntó Kate acariciando a Alexis.
- Nada... - se encogió de hombros.
- Papi... - Alexis.
- Dime cariño. - se acercó y besó su cabecita.
- ¿Puedo dormir con vosotros?
- Claro, cariño. - miró a Kate con complicidad.
- ¿Sabías que no íbamos a utilizar esa habitación, verdad?
- Más o menos... - besó a Kate.
ESTÁS LEYENDO
La sonrisa de su mirada
FanfictionRichard Castle la recuerda. Como si fuese ayer. Como si el tiempo no hubiese pasado. Y es que ella llegó a su vida de pronto, justo cuando más necesitaba una mano amiga, una mano a la que aferrarse y no saltar al vacío. Y cuando el destino vuelve a...