Los primeros rayos del sol se colaban por la persiana. Richard se movió, estrechando la distancia entre Kate y él. Sonrió. Mientras iba recuperándose de la plácida noche que había compartido con sus dos mujeres, fue abriendo, lentamente, sus párpados.
Había sido la primera noche, después de 6 semanas que había podido dormir del tirón. Encontró el hombro de Kate cerca de sus labios y depositó un beso. Con su nariz le dio pequeñas caricias. Subió hacia su cuello. Allí se perdió. Aspiró su aroma. Lo besó. Se detuvo en su pulso, lo acarició con sus labios.
- Rick... - se aferró más fuerte a la mano que Richard tenía apoyada en su cadera.
- Buenos días... - ronroneó en su oído - Voy a preparar el desayuno para que te tomes la medicación y luego miramos la herida, ¿sí?
- Hmmm... - aun medio dormida.
- Te quiero. - susurró antes de salir de la cama.
****
Richard tardó más de lo que imaginó. Antes de ponerse manos a la obra en la cocina, quiso revisar sus correos, descubriendo uno de Gina, completamente, alterada. Le exigía, de forma inmediata, el borrador de la última novela, antes de comenzar con su nueva serie. Llevaba dos meses de retraso. Bufó. Cuando algo se arreglaba en su vida, llegaba un contratiempo por otro lado.
En el fondo sabía que Gina tenía toda la razón del mundo. Había dejado desatendida la novela y ahora iba a ser un absoluto caos dar sentido a todo ello. Mucho más en el tiempo que le exigían. 48 horas. Apoyó su frente en la mesa, entrelazando sus manos por la nuca.
- Puedo llamar a mi padre para que venga a estar conmigo este par de días, mientras acabas la novela. - Kate había llegado hasta el salón ante la tardanza de Richard y había terminado leyendo el mail.
- Eh... No, no, no... Todo está bien. - cerró la tapa del portátil y se dio la vuelta, incorporándose, frente a ella.
- No Rick, no está bien. Te exigen el borrador y no lo tienes. ¿Me equivoco? - se puso en jarras, con el ceño fruncido.
- Kate... soy así, un poco inconsciente... además tú deberías estar en la cama.
- No me cambies de tema. Sé que te he robado mucho tiempo. Por eso no es mala idea lo de llamar a mi padre.
- Kate... venga, por favor, déjame estar aquí contigo. - cortó el espacio entre ambos - Prometo que lo terminaré en el plazo que me piden. Pero contigo. - la estrechó contra él, posando sus labios en su cuello, lanzándole pequeños besos.
- ¿Esta es tu forma de convencerme?
- ¿Funciona?
- No sé... no veo mucho esfuerzo por tu parte. - sonrió.
- Inspectora... ¿me está poniendo a prueba?
- Hmmm... - sin contener su risa.
- ¡Acepto el reto! - con la punta de su lengua fue rozando desde su hombro hasta el lóbulo, al que pegó un pequeño tirón con el toque de sus dientes, para continuar con tiernos besos por su mandíbula y su barbilla y alcanzar sus labios, a los que tanteó con tranquilidad hasta que Kate, totalmente entregada, abrió sus labios, lanzándole una invitación a profundizar.
El beso comenzó con la lentitud y tranquilidad que Richard quería hasta que se dejó avasallar por el ímpetu y la pasión de la inspectora. Sucumbió completamente. Fue arrastrándola hasta apoyarla contra una de las paredes. Descendió sus manos hasta el dobladillo y acarició su piel. Kate tembló. Gimió sobre sus labios. Su pulso se aceleró y el dolor volvió. Richard que lo percibió, colocó una de sus manos sobre la gasa al momento.
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La sonrisa de su mirada
FanfictionRichard Castle la recuerda. Como si fuese ayer. Como si el tiempo no hubiese pasado. Y es que ella llegó a su vida de pronto, justo cuando más necesitaba una mano amiga, una mano a la que aferrarse y no saltar al vacío. Y cuando el destino vuelve a...