Capítulo 35

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Suave. Tierna. Dulce. Así sentía Rick una caricia interminable por su cara. Se recolocó en la cama. Intentado seguir durmiendo. Y la caricia volvió. Tímidamente, fue abriendo uno de sus ojos y vio como Kate y Alexis le sonreían. Sintió que no hacía nada más en el mundo para ser feliz. Y anheló quedarse ahí, así, para siempre.

- Eres un dormilón papi. - le dijo Alexis apuntándole con uno de sus deditos.

- Hmmm... - adormilado.

- Tenemos un poquito de hambre. - siguió su hija.

- Hmmm... - era lo único capaz de contestar, mientras sus ojos se cerraban.

- Papi... - le tocó la nariz - No te duermas.

- Noooo... - susurró cerrando sus ojos.

- Papiiiii... - lo abrazó.

- Aunque me veas aquí, mi otro yo está ya en la cocina. - dijo bajito.

Kate rompió en una carcajada. - Eres único.

- Mientras sea el único para ti, me es suficiente. - abrió uno de sus ojos y le lanzó un beso.

- Qué rápido te has despertado ahora... - sonrió.

- Voy a rachas... - le guiñó un ojo, abrazando más fuerte a Alexis - ¿Y qué queréis para desayunar?

- ¡Tortitas con dibujo! - gritó Alexis.

- Hmmm... Lo imaginé... - besó su cabecita - ¿Algún dibujo en especial?

- ¡De Navidad! - Alexis.

- Aún queda un poco para Navidad... no sé si voy a tener tantos dibujos en mi cabeza. - Richard.

- Seguro que sí. - Kate se acercó hasta sus labios y lo besó.

- Creo que con este premio, mi creatividad se ha avivado. - le devolvió el beso.

- Pues ale, no tardes mucho. - Kate le dio un pequeño pellizco en sus mofletes.

- Solo me queréis por mis desayunos. - se quejó levantándose y saliendo hacia la cocina.

****

Alexis se acomodó entre los brazos de Kate.

- ¿Ya pasó el susto de la pesadilla cariño? - preguntó a la pequeña.

- Sí, mami.

- ¿Me quieres contar qué soñaste? - le pregunto bajito, en un tono en el que Alexis se sintiese cómoda.

- No sé...

- ¿Sabes que puedes contarme todo, verdad? - besó su cabecita.

- Sí. - se abrazó un poco más fuerte a ella - Soñé con ella. Me quitaba de tus brazos. Tú no podías cogerme. Ella me llevaba.

Kate notó como su niña adoraba temblaba al recordar su sueño. - Cariño, solo ha sido un sueño. Nunca pasará eso. Jamás podrá quitarme de tu lado. Siempre voy a estar contigo. Lo tienes que tener claro.

- ¿No vendrá?

- No, cariño.

- ¿Voy a estar siempre contigo verdad?

- Sí, cariño, conmigo.

- No me dejes... - le susurró.

- No, claro que no. - la inspectora abrazó a la niña todo lo fuerte que pudo para dejarle claro que estaba con ella. Ahora y siempre.

- ¿Y si viene? - preguntó con miedo.

- Si viene... no te soltaré. Te lo prometo. Te quiero tanto. No podría vivir sin ti, cariño.

La sonrisa de su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora