La sonrisa de su mirada

Capítulo 20

Dos semanas. 14 días. Noche y día. Un hospital. Una habitación. Un maldito sonido de máquinas. Una mujer tendida. Cables perdidos por su piel. Y un escritor a su lado. Incapaz de alejarse de ella. 20160 minutos derramando lágrima tras lágrima. Suplicando. Añorando su mirada, sus besos, sus caricias.

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Richard Castle se turnó junto a Jim Beckett, sin alejarse más de lo necesario de su cama. Justo el tiempo de estar con su hija, acercarla al colegio, intentar dormir algunas horas... El resto del tiempo, estuvo entre cuatro paredes, esperando una respuesta positiva por parte de Kate. Y los días se fueron convirtiendo en desesperación. Y la desesperación en dolor. Porque el escritor no estaba preparado para la nueva prueba que el destino les había preparado.

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Aquella tarde Richard se sobresaltó de su pequeña siesta cuando Jim le llamó para informarle que Kate había despertado. Raudo y veloz se arregló y salió en estampida a abrazarla, dejando a Alexis a cargo de su madre y quedando con ellas, una hora más tarde allí.

Cuando dobló la esquina del pasillo, Jim, estaba esperándole en la puerta de la habitación. En cuanto lo vio, su semblante le dio a entender que quizá su alegría era desmesurada.

- Jim... ¿Cómo está? ¿Todo bien?

- Vamos a sentarnos Richard. - le indicó hacia los asientos que estaban enfrente.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué tienes esa cara?

- Antes de entrar tienes que saber algo...

- ¿El qué? ¿Qué puede ser tan grave como para que tengas esa cara?

- Kate sufre amnesia.

- ¿Cómo? No entiendo...

- El impacto de la bala... dicen que su cerebro se ha bloqueado tras eso... y que al bloquearse como autodefensa, hay partes de su memoria que se han quedado dormidas.

- ¿Qué partes?

- No se acuerda de los últimos meses... - Jim tragó saliva, nervioso - No se acuerda de ti, ni de Alexis...

Richard no supo responder. Se quedó en blanco. Mirando a aquel hombre canoso que, preocupado, no sabía cómo contarle la noticia. Se apoyó en el respaldo de la silla, dejándose caer, mirando al techo. Controlando las inmensas ganas de llorar.

- Era demasiado bonito para ser real. - susurró.

- Richard... - apoyó una mano en su hombro, dándole ánimos - ... he hablado con ella, le he explicado todo, lo sabe, solo que no lo recuerda. Es cuestión de tiempo.

- ¿Y si no recuerda nunca?

- Pagaría por tener la oportunidad que estás teniendo tú... reconquistar de nuevo a mi mujer... pero eso es imposible.

- Jim, yo...

- Sé que va a ser duro, muy duro... aunque intente ponerme en tu piel, nunca seré capaz de alcanzar tu dolor... pero estoy aquí, y os voy a ayudar en todo. Tú y Alexis, ya sois de mi familia.

- Dios mío... Alexis... ¿cómo lo voy a hacer con ella? ¿Cómo le explico que Kate no se acuerda de ella?

- Kate, lo sabe... sabe que Alexis existe, sabe que para Alexis se ha convertido en su madre... y si tú quieres, seguirá actuando así para ella.

- No puedo hacerle eso a Kate... si no recuerda... es mejor dejarlo así... ya hablaré con Alexis, intentaré que entienda.

- ¿De verdad quieres hacer pasar a Alexis por algo así de nuevo? Ya lo vivió con su madre... Richard, en estas semanas, me has contado tu vida, te he contado parte de la mía... sé lo que esa niña ha sufrido... Apuesto a que estar juntas les hará bien a las dos. Katie está dispuesta a intentarlo. Ella sigue siendo la misma Richard, solo que hay una parte de ella que está dormida. Lo único que hay que hacer es despertarla. ¡Y qué mejor que una niña encantadora para que esa mente se active!