Capítulo 17

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Kate se despertó y estiró su brazo buscando el calor de Richard. No lo encontró. Alexis se aferró más a ella y sonrió, acomodándose hasta que escuchó varias voces provenientes del pasillo.

- ¿Papá? - sorprendida al salir de su habitación, entrar en el pasillo, intrigada, para ver con quién hablaba Richard, al otro lado de la puerta.

- ¡Hola Katie!

- No te esperaba.

- Me hago cargo de ello hija. Pasaba por aquí, llevábamos varias semanas sin vernos. - se excusó sin quitar su mirada de Richard.

- Imagino que ya os habréis presentado. - a media sonrisa, nerviosa.

- Sí. - afirmó Richard - Será mejor que me ponga algo de ropa - huyó de la escena como el rayo.

- ¿Y bien?

- Él es la persona de la que te hablé.

- Me suena de algo y no termino de acordarme.

- Es el escritor papá.

- ¡Eso! ¿Tú escritor favorito? - alzó la ceja interrogante.

- Se podría decir que sí. - le indicó el salón - Pero pasa y desayuna con nosotros.

- ¿Segura que no molesto?

- Papá...

- ¿Todo bien?

- Sí, muy bien.

- Te noto... como cambiada... no sé... - se sentó en el sofá - tienes una luz diferente en la mirada.

- No creo papá. - en la cocina - ¿Qué te apetece desayunar?

- Lo que tuvieseis pensando. - de pronto cayó en la cuenta - Aunque creo que aún no habíais pensado en ello. Tendría que haber llamado.

- Ya estás aquí papá. Así que no le des más vueltas. Además me gusta que os hayáis conocido. - se giró hacia su padre, entrelazando sus manos.

- ¿Hay algo más que tenga que saber?

- Si - dio un paso hacia él - Verás, no te lo comenté, porque no quería hacerlo por teléfono. Pensaba hacerlo en persona.

Richard... tiene una hija. Alexis - contuvo la respiración mirando a su padre.

- Lo sé hija. De vez en cuando sale en la prensa. - sonrió - Aunque a veces me aísle, intento estar siempre informado y da la casualidad de que ese escritor tuyo tiene, cada día, más éxito.

- Es verdad. - con cara de circunstancias.

- ¿Está aquí?

- ¿Quién?

- La niña, Katie, la niña.

- ¡Ah! Sí, está aquí.

- Bien, ¿y a qué esperas?

- No te entiendo papá.

- Ese hombre está escondido en la habitación muerto de la vergüenza... con su hija... ¿no crees que tienes que ir a buscarlos? Aún no he mordido a nadie. - sonrió con mirada burlona.

- Papá... - se fue a la habitación.

****

Richard estaba nervioso. Tan nervioso que no sabía si esconderse en el mismo baño y no salir de allí. Así que decidió que lo mejor era hacer las maletas y dejar los planes de ese fin de semana para dentro de 6 días, a no ser que Kate tuviese algún caso de última hora. En cambio, su hija dormía en todo su esplendor. Y Max, seguía hecho un ovillo, esperando a que su pequeña dueña abriese los ojos.

La sonrisa de su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora