Capítulo 30

556 20 2
                                    


Despertaron abrazados. Después de varias horas hablando, terminaron durmiéndose. Pegados. Muy pegados. Entrelazadas sus piernas, Kate apoyaba su cabeza en el pecho de Richard. Como si estuviese haciendo una pequeña trastada, Alexis entró sigilosa. Paso por paso. Y se acercó hasta el gran ventanal. Pegó un pequeño grito y se tapó la boca con la mano. La nevada que había en la calle era tremenda. Increíble. Jamás había visto tanta nieve. Max, a su lado, chupaba sus piececillos.

- Shhh... No los despiertes Max. - le regañó - Si me chupas los pies me haces cosquillas y me rio. - se agachó para cogerla la carita - Si me rio, se despiertan.

****

Kate, sonrió. Tenía un sexto sentido con Alexis. Cada vez que se despertaba la niña y aparecía en la habitación, sus ojos se abrían. Era automático. Le quedaba claro que el instinto de madre no llegaba solo al parir. Quizá era tan sencillo como que un pequeño ser humano conquistase tu corazón.

- Cariño... - susurró.

Alexis se volvió con cara de haber sido pillada in fraganti. - Mami... - sonrió encogiéndose de hombros.

- Ven aquí, cariño. - se soltó del cuerpo de Richard y alargó sus brazos a modo de invitación.

Alexis no se lo pensó dos veces y fue corriendo. - ¡Mami! ¡Ha nevado! ¡Mucho! Mira... - indicó con uno de sus deditos.

Kate, que no se había fijado, abrió la boca de par en par. Comenzó a darle pequeños toques a Richard en el hombro. - Rick...

- Hmmm... - completamente dormido.

- ¡Papi!

- Calabaza...

- Rick, mira...

- No puedo, mis ojos no se abren, están dormidos.

- ¡Papiiiiiii! - rio Alexis que estaba alentada por Kate.

- ¡Anda papi! Mira por la ventana... - suplicó Kate.

****

Richard se levantó perezoso. Miró hacia la ventana. Se deslumbró. Pero tan pronto como recuperó la normalidad de su visión, saltó de la cama y salió a la terraza.

- ¡Increíble! ¿Cuánta nieve hay? ¡Hacía años que no nevaba así!

- Rick, ven aquí y cierra la puerta, ¡el viento es helador! - abrazando a Alexis que sonreía viendo las locuras de su padre.

- Es tremendo... no podremos salir de casa. - entrando en la habitación.

- Tapate papi. - tocó la cama, para que Richard se tumbase junto a ellas.

- ¡Tendremos que salir a hacer un muñeco de nieve! - sonrió tapándose con las sábanas.

- Rick... no acabas de decir que no podremos salir. Al menos ahí hay un metro de nieve...

- Es cierto... pero habrá que intentar hacer un camino. En un rato me pondré a ello. Y cuando hagamos un camino... podremos hacer un muñeco de nieve... ¿no te gusta la idea?

- No tienes remedio... eres peor que un niño.

- Sí, papi. Mami tiene razón. ¿Y si nos ponemos malitos?

- ¿Tú también quieres un muñeco de nieve verdad?

- ¡Sí!

- ¡Ay señor! Vosotros dos vais a terminar con fiebre en la cama... Dejar el muñeco de nieve para mañana o pasado...

La sonrisa de su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora