capitulo 24

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Alison POV

Abro los ojos lentamente. La luz del techo me obliga a cerrarlos nuevamente. Parpadeo repetidas veces para acostumbrarme al brillo de la luz. Cuando por fin puedo ver con claridad, intento moverme pero no puedo. Miro mis tobillos, los tengo atados con una cadenas. Las muñecas están iguales.

Miro hacia mi izquierda. Ian está de espaldas a mí concentrado en algo.

-¿qué vas a hacerme? - le pregunto con la voz temblorosa.

Cuando Ian escucha mi voz, voltea a verme. Al hacerlo, deja al descubierto una pequeña mesita con ruedas bastante alta que le llega a la altura del abdomen. Sobre ella, hay una pequeña maquina con unos cables.
Entro en pánico al notar lo que es.

-no te atrevas a tocarme - grito con todas mis fuerzas intentando moverme pero me es imposible.

Ian se me acerca pero no de forma amenazante como lo hubiese hecho anteriormente. Nada de eso, esta vez camina como un poco preocupado e incluso inseguro.

-tranquilizate, Alison. Por favor - me dice intentando calmarme - cálmate.

-no me toques - añado asustada. Todos mis músculos se tensan en desesperación.

Ian intenta tocarme la mejilla para que me relaje pero aparto la cara ante el menor roce. No quiero sus caricias, sus roces. Nada.

-Alison yo no...

- no te atrevas a usar eso conmigo - insisto refiriendome a la máquina que tiene detrás - no...

De repente, alguien escucho pasos. Uno, dos, tres, cuatro. Alguien se acerca a toda prisa. Por un momento pienso que es Cedric pero no. Es...

- ¡Ian, aquí estoy! ¡Deja a Alison!

Es Adrien.

- supongo que veniste a dar tu vida por la de mi hija, ¿no es cierto?

Adrien asiente levemente con su mirada puesta en mí, en mi aspecto, en mis ataduras, mi sufrimiento.

- Alison... - empieza a decir Adrien pero se quiebra al instante. Una lágrima enpieza a rodar por su mejilla y muchas más le siguen - lo siento, debí haberte protegido más. Yo...

Ian se acerca a Adrien y lo obliga a ponerse de rodillas. Adrien obedece sin decir ni una palabra. Ian contempla a Adrien con satisfacción. Y sí, Adrien se rindió. Se ha entregado... por mí.

Ian agarra el arma de su cinturón. Y la carga. Pone el dedo en el gatillo pero no lo presiona.

-Ian, por favor, no lo hagas - grito y siento como si mi garganta fuera a desgarrarse - por favor, Ian...

...
Hola! Sí, no he muerto! Ahre. Al fin subí un capítulo. Despues de mucho tiempo. Espero que les guste. El colegio me consumió el 99,9% de mi tiempo. Pero por suerte, tengo un 00,1% de tiempo libre para escribir *qplausos*

Saludos sangrientos a todos los que me leen

Rodeada de sangre (RDC#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora