La amistad entre un hombre y una mujer, el debate de siempre.
¿Qué tan cierto es eso de que un hombre y una mujer no pueden ser amigos?
¿Quien formuló aquella máxima? Y lo más importante, ¿por qué lo hizo?
El amor ha cambiad...
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LONDRES, INGLATERRA
4:10 PM
Chloe había estallado en gritos de histeria contenida cuando terminé de contarle lo que había pasado entre Alex y yo, claro estaba, dejando de lado detalles que solo concernían a nuestra intimidad.
Hacia un par de horas había regresado de su larga visita en casa de sus amistades, y Alex había salido a resolver algunas cuestiones referentes a la película.
Chloe preparó algo caliente para tomar y después de haber visto una película, me forzó a que le contara todo lo que había sucedido, ya que, según ella, le debíamos el habernos quedado solos.
—Por eso lo hice prima —dijo con obviedad—, ustedes decidieron empezar con lo de los amantes, pero no habían dado un paso más allá de las puras palabras. Ya que Sophie no iba a estar y se iba a llevar al pequeño Elijah, yo era el único obstáculo que quedaba. Tenía que irme —añadió encongiendose de hombros.
—Tienes una mente retorcida, Chloe —repuse.
—Pero me lo agradeces. —Guiñó un ojo con picardía y no pude evitar reírme—. ¡Si ves! ¡Sabes que es cierto!
—Chloe, ¿de verdad estás segura de lo que estás haciendo? —cuestioné seriamente.
Enarcó una ceja. —¿De qué hablas?
—Estas siendo cómplice de algo que no es justo. O por lo menos no del todo —respondí.
Aunque al inicio pareció no entender, su rostro se opacó con el paso de los segundos. —Lo dices por ella, ¿verdad?
Asentí. —Y no solo por ella, sino por el niño, ¡y por todo! —Resoplé—. Si esto sale a la luz, fácilmente podría arruinar lo que Alex ha construido.
—¿Hablas de su fama? —asentí de nuevo—. Cariño, ¿acaso no has oído acerca de los tantos artistas que siendo infieles consiguen aún más fama? Eso no es un problema —aseguró, y aunque no estaba del todo de acuerdo, tenía que admitir que eso era cierto—. En todo caso, eso es decisión de él, y parece que ya decidió.
—¿No te remuerde la conciencia, Chloe? —insistí—. Mi relación con Lane no es la mejor, pero aun así me siento culpable de esto —declaré.
—Marivi, quizá esto no es lo más justo para esa mujer —aceptó—, pero tú eres mi prima y yo tengo que escoger un lado. Si ese lado significa ayudarte a elegir un poco de felicidad, no dudes que lo haré —habló con sinceridad.
—Jamás creí que esa fuera tu manera de pensar, Chloe —confesé—, creí que como eras abogada te irías por lo justo. En este caso, Lane tendría la razón.
—Sí, lo sé, no tengo ética —bufó—, dejemos este tema de lado prima, te mortificara aún más —decidió.