Capítulo 25

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Hacía dos semanas se había cumplido ya dos meses desde que salí de Los Ángeles a la gira fotográfica, y aun mi mente volaba todos los días hacia Alexander.

Casi tres meses y no me lo sacaba de la cabeza, y para colmo, las fiestas navideñas que ya empezaban no ayudaban para nada.

Me sentía sola. Sola y frustrada.

Había salido prácticamente huyendo de Alexander y de mis sentimientos hacia él y olvidé que era imposible huir de lo que sentía porque simplemente no podía arrancarlo de mí.

Estuve en dos de los lugares más bellos y en las festividades más fabulosas y ni eso había logrado que, por si quiera un segundo, dejara de pensar en él y en lo que me dolía saber que lo que yo sentía no era, ni seria correspondido nunca.

Cuando recibí el listado de mi gira quedé gratamente sorprendida. El primer lugar que visité fue Munich, Alemania para el Oktoberfest, literalmente al otro lado de Alexander, y sin embargo poco sirvió.

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Confesaba que lo había disfrutado mucho. Aproveché el desorden y la abundancia de cerveza para despejarme mientras cumplía mi labor con mi más fiel compañera: mi querida cámara.

De Alemania me mandaron a México para fotografiar el Día de los muertos. Era la primera vez que estaba en aquel país y tenía que decir que había quedado maravillada, no solo con el lugar, sino con todo lo que implicaba el país.

 Era la primera vez que estaba en aquel país y tenía que decir que había quedado maravillada, no solo con el lugar, sino con todo lo que implicaba el país

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El momento [in]oportuno #WeAreWorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora