La amistad entre un hombre y una mujer, el debate de siempre.
¿Qué tan cierto es eso de que un hombre y una mujer no pueden ser amigos?
¿Quien formuló aquella máxima? Y lo más importante, ¿por qué lo hizo?
El amor ha cambiad...
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ECHO PARK
1:40AM
Ya era el quinto cigarro que fumaba después de lo ocurrido, y aunque sabía que estaba mal, ya no era mi razón la que estaba actuando.
No había esperado que Lane terminara de entrar al bar y había subido a mi auto sin obedecer a Alex para acelerar y huir de allí. Necesitaba huir. Por un segundo necesitaba dejar de enfrentarme a las cosas que me dolían y empezar a cuidar un poco mi mente, aunque sabía que mas lastimada no podía estar.
Aparqué frente a casa y me bajé para quedarme sentada ahí, junto al auto. Me sentía muy mal, y no era a nivel emocional sino también a nivel físico. La opresión en el pecho que venía sintiendo desde antes de que todo sucediera no se iba, me había sobrevenido un horrible dolor de cabeza y la garganta me escocia.
El auto de Alexander se estacionó y se bajó, al inicio caminó rápidamente, pero al ver que no me movería de mi lugar, su ansia disminuyó y se sentó junto a mí. Sin decir nada, me quitó el cigarro y lo pisó con su zapato.
—Ya te dije que no me gusta verte fumando Vicky, es malo para ti —riñó con suavidad.
Bufé aun sin mirarlo. —Creo que justo ahora hay cosas peores para mí.
—Vicky... —Suspiró con cansancio— siento mucho que Sophie te hubiera abofeteado. Estaba un poco enloquecida.
—La entiendo Alexander, creo que yo hubiera reaccionado igual. —Me encogí de hombros y dejé que mis ojos se encontraran por fin con él.
—Sí, pero si yo hubiera alcanzado a llegar no hubiera permitido que te golpeara —dijo con sinceridad visible en su mirar.
—Da igual, Alexander, ya pasó. Lo único que me importa ahora es saber que va a pasar —afirmé—. ¿Por qué no le dijiste la verdad completa? —quise saber.
—Porque ni siquiera pensaba decirle la verdad. Sophie me atacó con acusaciones y eso me molestó, fue lo único que se me ocurrió para lograr que se callara —explicó.
Intenté descubrir en su rostro si aquello era cierto y no necesité de mas de dos segundos para descubrir que era verdad. —¿Te diste cuenta que fue lo que ocasionaste? —cuestioné—. Lane está como loca y no descansara hasta descubrir quién es tu amante. Creo que lo mejor será decírselo —propuse, aunque en realidad no estaba totalmente de acuerdo.
—No —negó rápidamente—. Vicky, conozco a Sophie, se cansará y lo dejará —habló con seguridad.
—¿Se cansará de que le seas infiel? —Enarqué una ceja ante su asentimiento—. No lo creo, Alexander —repuse poniéndome de pie y decidida a entrar a la casa.
Caminé por el sendero dispuesta a encerrarme y no salir hasta que se me pasara el sabor amargo, y que la presión que me aplastaba el pecho decidiera abandonarme. Subí los dos escalones antes de llegar al portal, pero entonces un fuerte ataque de tos me sobrevino y tuve que sostenerme de una de las columnas del porche.