Capítulo 44

138 19 54
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


DOWNTOWN L.A.

11:05 AM

Seguía dándome cuenta de que las cosas no iban a estar fáciles.

Por suerte para mi, Chloe y Jake estaban siendo de mucha ayuda. Aunque también tenía que agradecerle a Stuart, quien me invitó a que me reintegrara a la agencia de publicidad brindándome un motivo más para no matarme la cabeza con el lío en el que estaba metida por amar a mi mejor amigo.

Llevaba casi medio día organizando de nuevo la que había sido mi oficina.

—¿Puedo pasar? —La voz de Stuart interrumpió mis pensamientos.

—Claro. Adelante.

—Veo que ya casi terminas, no sabes que gusto me da tenerte de nuevo por aquí.

—A mí también me da gusto —aseguré con una sonrisa.

—¿De verdad? Porque tu cara me dice otra cosa diferente —repuso—, dime que no aceptaste regresar solo porque me pasé de intenso —dijo con expresión seria.

—No, claro que no. Esto me hacía falta Stuart. Me hiciste la propuesta en el momento oportuno —afirmé.

¿O inoportuno?, susurró mi cerebro.

—Qué bueno. —Suspiró ruidosamente—. No encontraría otra fotógrafa como tu ni aunque buscara en otros planetas —bromeó—. Como tú no hay dos.

Sonreí. —Estas exagerando, pero te agradezco. A propósito, ¿cómo va tu matrimonio?

Su sonrisa se amplió. —Muy bien, Marivi. Como te dije, esta vez sí encontré lo que buscaba.

—Me da gusto por ti. Creí que tendría que lidiar con más matrimonios tuyos —bromeé logrando que riera.

—No, ya no. Y ya que estamos hablando de esto, ¿estás saliendo con alguien?

Esa pregunta me tomó por sorpresa. No sabía que responder.

¿Estaba saliendo con alguien? ¿Ser infiel contaba cómo salir con alguien?

Me decanté por la respuesta que me pareció la más apropiada. —No.

—Marivi, no quiero sonar como un fastidioso, pero creo que deberías intentar buscar a alguien —repuso—. Eres una gran mujer, muy bella e inteligente, mereces ser feliz con alguien.

Sus palabras lograron hacerme sonreír. —Gracias por preocuparte, Stuart —respondí con aprecio—, pero sabes que no soy de las que les gusta buscar, sino que prefiero esperar. Cuando las cosas tienen que suceder, simplemente suceden.

—Sí, pero no está de más darle un empujoncito al destino —insistió. Estoy seguro de que hay buenos hombres allí afuera. Como Alexander.

Asentí. —Él es el mejor ejemplo, Stuart. Créeme.

El momento [in]oportuno #WeAreWorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora