Paso un año de mi viaje a Tailandia. Un año de haber conocido a alguien muy peculiar.
El tiempo paso sin si quiera respetarme. Quiso hacer que mi decisión me persiguiera cada segundo, cada día, cada semana y mes de este maldito año para dejarme claro que cometí un error el haberme ido.
Cuando apenas había entrado a la habitación, donde Dae dormía plácidamente, había tomado mi maleta, comencé a empacar y comprar un boleto directo para Corea del Sur.
¿Cuántas veces sonó mi celular? ¿Cuántos mensajes recibí? No lo sé. Nunca respondí a esas llamadas y tampoco me atrevía a ver que decían esos textos.
Mi corazón daba un vuelco cada vez que escuchaba el llamado de Phichit pero tenia que resistir a tomar el celular. Tenía que dejarlo atrás.
¿Cuándo cesaron esas llamadas? ¿Pasaron meses tal vez?
¿Por qué huía?
No tenía idea. Este chico había provocado muchas cosas en mí en tan poco tiempo haciendo que dejara una parte de mí en ese cuarto de hotel.
No me arrepiento de nada, lo que hice fue difícil de creer, inclusive en el acto no sabía que estaba haciendo. Solo me deje llevar por esa piel morena que con movimientos agiles se introducía en lo más profundo de mi alma. Ese chico parecía que sabía que hacía.
¿Acaso tenía miedo? ¿Miedo a que?
Algo como el amor no lo había manifestado en tanto tiempo ¿Cómo estaba seguro de que era amor? No lo estaba, solo el hecho de haber podido sentir una calidez en cada palpitar de mi corazón cuando veía al chico sonreír, ver como sus mejillas se ruborizaban de felicidad ante lo que parecía ser solo su idea de vivir. Ver como se maravillaba por lo mas minimalista que podrías imaginar. Él me regalaba pequeñas satisfacciones con solo verme mediante esos preciosos ojos negros. Sus manos sobre mí en nuestra última noche, su respiración, sus piernas, TODO hacia que mi cuerpo y mi ser exigieran por lo menos un segundo más cerca de mí para poder sentir su piel en un solo abrazo, tan solo eso.
Pasaba el tiempo sin respetarme pero lo acepte. Si tenía que sufrir por lo que hice lo aceptaré.
-Seung-Gil ¿que te hizo cambiar?- preguntaba mi antigua editora que estaba a unos momentos de volverse la actual. No conteste.- ¿Tan callado como siempre? Bueno, hay cosas que no cambian.
Se hizo la junta para hablar sobre mi nueva novela pero no hacía caso. Probabilidades, estadísticas, número. Nada de eso me interesa.
-Seung-Gil-oí que me llamaron.- ¿Estás escuchando- mi silencio respondió.- bueno, lo único que debe importarte es que lo haremos, publicaremos tu novela.
En otro momento de mi vida, esa noticia me hubiera hecho feliz pero solo me limité a asentir.
Mientras salía del edificio no paraba de recibir felicitaciones o "ya era hora" entre otras cosas.
Me aclararon que esta novela no tenía nada que ver con las otras pero parecía que podía tener oportunidad, algún tipo de "renacimiento" o algo así. Estaba claro que no era lo mismo, yo lo escribí y se en que me inspiré. Solo unas notas en ese archivo que hice cuando estuve en Tailandia hicieron que posiblemente vuelva a la vida que tenía antes.
Llegue a casa y Dae estaba en el sofá durmiendo. Me pregunto ¿cuándo fue la última vez que dormí suficiente tiempo como para descansar? Mucho, claro está. No había tenido tantas ojerosa que a penas me vi en el espejo del baño. Mi rostro se mira tan cansado ¿adelgace?
La verdad no siento que lo que digo tenga sentido, estoy tan cansado... Hace mucho que no dormía y eso significaba que tampoco he soñado. Solo espero lo peor.
Mi insomnio es provocado por muchas razones como, por ejemplo, el hecho de esforzarse para cumplir la fecha límite.
Pero más que nada, Phichit Chulanont, oficialmente se lleva todo el crédito de mis desvelos y anhelos.
Todo cambio justo cuando la llamada entrante de un número desconocido comenzó a sonar en mi celular.
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CONTINUACIÓN DE "Nuestra Historia juntos"
Oscûlum es la segunda parte (por si acaso se saltaron el aviso)Gracias por leer<3
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Oscûlum (Seung-Gil x Phichit)
FanfictionSeung-Gil Lee, retomando su carrera como escritor, no deja de pensar en el chico que dejó en Tailandia. Phichit Chulanont, al despertar después de aquella noche que juró no olvidar se da cuenta que la persona con la que compartió algo especial ya n...