Oscûlum (Seung-Gil x Phichit)

Cosas que pueden pasar en Bangkok

Todo está tan borroso... ¿Cuánto he bebido?
Agh, por alguna razón no lo hago.

-Oye amigo, ya fue suficiente. ¿Tienes quien te lleve a tu casa?- dijo aquel hombre intentando quitarme la botella de cerveza de la mano.

-Tsk! Déjame en paz.- tome la botella y di otro gran trago dejando que un poco de líquido se escurriera por la comisura de mis labios.

-Como quieras.

Siempre intento mantenerme lejos del alcohol pero en momentos como estos...

Idiota, deberías de estar con Phichit. Es un día muy importante para él.

No me resulta sencillo estar en ese lugar considerando la situación actual.

Debería estar con él por lo menos como amigo.
Iniciar de cero, ¿tal vez?
No me importaría.
Si tengo que volver hacer que me ame lo haría todas las veces que sea necesario.

Un trago más. Una botella más.

Ya da igual.

Pasaba el rato y yo perdía la noción del tiempo. Gente iba y venía pero al verme corrían.

-Pfft! ¡Ni que quisiera estar con ustedes!- replique con esa voz característica que tenemos los borrachos.

-Oye, deberías bajarle.- una persona se sentó a mi lado.

-¿A ti qué te importa?

-Tal vez más de lo que te imaginas.

Giré mi cabeza hacia esa persona por lo misterioso de su comentario. No podía distinguir más allá de una mancha borrosa.

Pero de entre todo el ruido y gente mi mente me jugó una mala pasada.

-¿Eres... Tú?- pregunté levantándome del asiento acercándome más a esa persona.- ¿Phichit?

-¿Quién...? ¡Ah! Sí, sí.- respondió y fruncí mi entrecejo.

-¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste? ¿Por qué te oyes diferente?

-Son muchas preguntas... ¿Por qué no mejor vamos a un lugar más privado, amor?- sentí sus brazos rodear mi cuello.

Seguía sin tener mis sentidos funcionando correctamente pero el instinto me decía que algo no estaba bien.

-Amor.- llame.- ¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué me negaste ante tu hermana?- comencé a sollozar.

-No he hecho nada, querido.- respondió aquella persona confirmando mis sospechas.

No es Phichit.

Tome de la cintura. La forma de su cuerpo me hizo saber que se trataba de una mujer.

-No eres él.- la aparte lentamente.

-Puedo ser quien tú quieras, querido.- respondió con una voz picara que me provocó un gran desagrado.

Pero ya no tenía nada que perder.

Antes de que pasara cualquier cosa pude sentir como por fin volvían todos mis sentidos al escuchar que gritaron mi nombre.

-¡Seung-Gil!

Mi vista se esclareció dejándome ver aquella mujer que me tenía de la mano y dando media vuelta estaba mi verdadero Phichit Chulanont.

-¡¿Qué demonios haces con esa araña?!- gritó muy alterado.- ¡¿Qué no sabes en lo que te estás metiendo?!

-Phichit...