¿Sólo así puedo transmitir lo que siento?

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Fui al Ice Castle cuando ya no había nadie ya que las tres hermanas me dieron permiso de ir cuando guste.

Llegue al lugar, salude a Yuko y ella me entrego unos patines. Era de noche así que me sorprendió que la madre de las niña estuviera aquí, debe ser que ama su trabajo, por eso no hay horarios.

-¿Ya puedes andar?- me preguntó

-Lutz dijo que aprendo rápido, por lo menos ahora puedo patinar con mayor estabilidad.

Me puse los patines y me acerqué a la pista. Eche un vistazo al lugar, observe con detenimiento hasta que mis ojos se posaron en una persona que daba vueltas como bailarina.

Era Phichit.

Me quede quieto por temor a que me viera pero él seguía patinando sin percatarse de mi presencia, tenía audífonos y los ojos cerrados. Pensé en irme y dejarlo ahí pero terminé haciendo todo lo contrario.

Llamamos amor a todo lo que está sobre hielo.

Ver a Phichit haciendo pequeños saltos, piruetas y movimientos con los brazos y piernas de forma tan elegante me dejaba sin palabras. Su aura transmitía tranquilidad y estabilidad pero al mismo tiempo algunos movimientos se volvían toscos y su rostro se contraía como si sé maldijera a sí mismo.

Dejar tus sentimientos en la pista hielo...

¿Eso es lo que haces, Phichit?¿ Danzas y te mueves para decirle al mundo que sientes?

No es distinto a un escritor.

Nosotros escribimos y plasmamos partes de nuestra vida en las obras que creamos. Felicidad, tristeza, llanto, furia... Soledad. Todo eso se manifiesta mediante el arte que empleamos.

La escritura es la pintura de la voz.

Creamos los trabajos para inspirar a aquellos que se identifican con nuestras palabras. Se enamoren de personajes que sólo existen en ese libro y en su imaginación. Hacer que lloren y sientan miedo por lo que puede pasar. Ese sería mi trabajo.

Me adentré a la pista, Chulanont seguía sin saber de mí; me costó seguirle el paso pero por fin pude tomar su mano derecha y entrelazar nuestros dedos, él obviamente se sorprendió, abrió sus ojos y me miro sin expresión. Coloqué el dedo índice sobre mis labios dándole a entender que no tenía que hablar. Sólo escuchar. Tome su brazo izquierdo y lo coloque sobre mi hombro, con mi mano libre tome su cadera y todo parecía que bailaríamos un vals.

Chulanont apartó su brazo de sobre mi hombro para quitarse ambos auriculares y decir una sola palabra: habla.
Puso los audífonos en mis oídos y una música desconocida resonaba en mi cabeza pero, de alguna forma, esa melodía lograba que pronunciara las palabras correctas.

-Primero quiero que conozcas lo básico de mi vida y algunas cosas que no encontrarás en Wikipedia o en los blogs de mis seguidores entre otros medios.
>> Mi nombre es Seung-Gil Lee- comencé a moverme como si fuéramos a bailar. Phichit me siguió el paso-, tengo 20 años, nací y crecí en Corea del Sur. Mi padre se llamaba Sang Hun y mi madre Kim Hae Na, yo era muy feliz con mi pequeña familia.

En el año que cumplí 5 mi madre enfermó; según mi padre los doctores le dijeron que no había nada que hacer y que solo faltaba esperar, que el proceso sería largo y ella lo pasaría mal. No mintieron. Mamá sufrió todos los días, lloraba y gritaba de dolor todas las noches. Después de unos meses papá me dijo que ya no podía ver a mamá, yo lloré e hice berrinches para poder verla. Mi papá se enojó tanto y me gritó: "¡No puedes Seung! ¡Entiéndelo! Ella no te quiere ver" Yo le respondí diciendo: "¡Eres un mentiroso! ¡Tú eres el que no me quiere!" Me fui corriendo a mi habitación y él fue tras de mí pero no me alcanzó. Era tan pequeño e inmaduro que ahora que pienso las cosas sólo hacía que las circunstancias se tornaran más difíciles de lo que ya eran.

Oscûlum (Seung-Gil x Phichit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora