En la vida hay distintas formas de cómo recibir problemas y el como resolverlos es otra de las tantas experiencias que se ganan.
Para Seung, su pasado no era más que eso, pasado. Buscar la ropa indicada para la cena familiar le resultaba sencillo. Las probabilidades de que todo resultara perfectamente cómodo eran relativamente bajas, pero eso no lo detenía, para Seung, esto era como una etapa más en su vida que quería sellar y seguir adelante.
Todo lo que él buscaba era estabilidad que ya no iba a encontrar en alguien más.
Su hermano lo esperaba con la inquietud marcada en su rostro.
«Sólo hago esto por ti» quiso decir Seung, pero no quiso echar más peso en los escuálidos hombros de Ji Yong.
—Hermano, ¿estás listo?
Para el mayor de los Lee le resultaba extraño que la pregunta fuera para él, si el motivo de todo esto era el hermano menor y nadie más.
Seung se limitó a asentir y ambos se adentraron al auto teniéndolo a él como el claro conductor. Tamborileaba los dedos en el volante para, de alguna forma, tranquilizar el hormigueo que le recorría todo el cuerpo. Sintió que él podía sobrevivir a una situación así en los días pasados en los que su mundo no se había sacudido brutalmente para que al final se quedara deshecho y sin defensa alguna.
Una chispa de rencor hizo aparición en su corazón —y no precisamente por aquella mujer que estaba a nada de volver a ver—, sino por aquel hombre que siempre surgía en su mente cada vez que los pensamientos negativos lo tomaban por sorpresa.
Tan sumergido estaba Seung en sus memorias, que no se percató de que Ji Yong llevaba hablando poco más de dos minutos incoherencias para tranquilizarse.
— ...entonces el sujeto terminó haciendo todo el papeleo otra vez —concluyó el menor con una risa fingida—. Da vuelta a la derecha en esta esquina.
Seung obedeció pues ya dudaba en qué dirección quedaba la casa.
—El otro día llegó un posible cliente que...
Y así fue como Ji Yong soltó otro tema de conversación que Seung decidió ignorar.
—Es aquí —dijo el menor señalando una casa de dos pisos que destacaba por sobre las demás.
—Puedo notarlo.
Seung-Gil estacionó el auto, apagó el motor y suspiró de forma casi imperceptible.
El momento había llegado.
—Entraré yo primero y-
—No —interrumpió Seung—, puedo hacerlo.
Los dos salieron y a paso lento se acercaron a la entrada de la gran casa.
Antes de siquiera tocar la puerta, esta se abrió dejando a la vista a una mujer que Seung tardó en reconocer.
—Por fin llegan —dijo Feby de forma petulante—. ¿Saben cuanto tiempo los estuvimos esperando?
—No y no me importa, Feby —respondió Ji Yong—. Dejanos pasar.
La hermana del chico se hizo a un lado y lo fulminó con la mirada.
—Ten algo de educación y dime "hermana mayor".
—Mmmh... —el hermano menor fingió pensar por unos segundos—, no lo creo —sentenció.
El chico apresuró el paso hacia lo parecía ser la sala dejando a los otros dos solos.
-Buenas noches -saludó Seung por cortesía, pero fue ignorado como él esperaba.
¿Qué podría esperar de esta noche?
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Oscûlum (Seung-Gil x Phichit)
أدب الهواةSeung-Gil Lee, retomando su carrera como escritor, no deja de pensar en el chico que dejó en Tailandia. Phichit Chulanont, al despertar después de aquella noche que juró no olvidar se da cuenta que la persona con la que compartió algo especial ya n...