Constelaciones de su pasado

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Había una vez, un pequeño niño que era feliz y que creía que nunca le faltaría nada en su vida.
Un día, ese niño perdió todo lo que lo mantenía cuerdo en este mundo atroz.

-Jimin.

-Seung... Yo...- Ji Yong intentaba disculparse pero no era necesario. No fue su culpa.

-Llévate a Phichit de aquí.- le ordené a mi hermano.

-Claro - tomo a Chulanont del brazo y le hizo una indicación de que lo siguiera.- Tenemos que irnos.- dijo.

-E-espera...- Phichit se zafó de su agarre y tomándome por sorpresa él me abrazó.

-¿Phichit?

-Te amo, Seung-Gil Lee.- susurró en mi oído.

Sonreí y le devolví el abrazo.

-Y yo a ti, Phichit Chulanont.

Nos separamos y Ji Yong me dedico una última mirada de lamentación antes de cerrar la puerta dejándome con esa mujer a solas.

-Así que por este chico es que te humillaste públicamente.- dijo Jimin con veneno en su lengua.

-Si vienes sólo para molestar voy a pedirte por favor que te largues.- me acerqué a la puerta para abrirla pero ella me detuvo.

-Me disculpo - dijo sentándose en el sofá.- Quiero hablar contigo. Siéntante.

Esa mujer no había cambiado en nada. Se veía igual de conservada sólo que ahora su cabello ya pintaban unas canas.

Me senté en él sillón que hacía juego con el sofá verde.

-Seung-Gil, ¿cómo has estado?

Parece que sólo salen estupideces de su boca.

-Bien.

-Te ha ido muy bien en la vida diría yo.- pasó su vista por todo el departamento.- He leído todos tus trabajos y he visto todas tus entrevistas.

-Bien.- volví a decir.

No es que guarde un rencor lleno de rabia por lo que me hizo de pequeño sino que no tiene ningún maldito derecho de hablar mal de Phichit. Y fue justo lo primero que hizo.

-Seung, mírame.

Como un niño regañado pose mi ojos en los suyos. La sangre me hirvió en ese momento por alguna razón.

-Quiero disculparme por todo lo que te hice vivir.

-Bien.

-Sólo...- levantó su mano a su frente como si estuviera harta.- Sólo escúchame, Seung.

Guardé silencio dispuesto a escuchar sus palabras.

-Tú padre y yo nos conocimos en el mismo año que tú madre sufría de esa enfermedad. Estábamos en un grupo de apoyo para aquellos que perdieron a un ser querido, él todavía no lo hacía pero ya se había resignado y aceptó que ella no podía salvarse.

>>En una de nuestras sesiones, él rompió en llanto hablando del pequeño que cuidará solo, del pequeño que crecerá sin una madre. En ese momento me di cuenta de algo y me dije a mí misma "Yo quiero cuidar a ese pequeño." Claro que hablo de ti, Seung. Me odio a mí misma por recordar esas palabras y lo que resultó de ello.

Oscûlum (Seung-Gil x Phichit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora