Piezas que se van formando

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¿Dónde me encontraba?
Todo está tan... Iluminado...

-Pequeño jeab!~

Un eco sonoro de la voz de mi hermana se hizo notar.

Un escenario comenzó a montarse ante mis ojos como si de pinturas en acuarelas sé tratase.

Sentí que se formó una amplia sonrisa en mi rostro al ver a mi hermana mayor jugando con unos bloques de colores haciendo pequeños edificios.

-Jeab!

-Hermana, deja de llamarme así.

No pude evitar exhalar de sorpresa al verme bajar corriendo por las escaleras teniendo 5 años. Mi hermana tenía 10.

-Es que sólo me haces caso si te molesto, Phichit.

-No es cierto.- había contestado con un puchero.

-¿Qué te parece?- preguntó mostrando una estructura bien hecha con esos coloridos bloques.

-¡Woaaahh! Cada vez vas mejorando.

-¿En serio? Gracias Phichit.

La escena termino repentinamente como si alguien hubiera tirado agua encima de la pintura dejando como último vistazo un abrazo de hermanos.

No pasó mucho tiempo cuando otra apareció pero esta vez estábamos todos.

-¿Cómo les fue en la escuela?- preguntaba mi padre mientras estábamos sentados en la mesa comiendo.

-Me fue bien, saque una buena nota de un dibujo que hice.- había respondido el Phichit de 5 años muy alegre.

-Muy bien Phichit.- dijo mi madre con un tono de felicidad.- ¿Y a ti Sirilak?

-También me fue bien.- contestó mi hermana de forma alegre.

La comida paso tranquila con risas y pláticas.

En estos momentos quería que esa escena tan llena de felicidad y amor terminara justo ahora. No quería seguir apreciándola recordando lo que perdí.

Sentí un doloroso nudo en mi garganta que no paro inclusive cuando las lágrimas rodaron por mis mejillas.

Quería que esto parara pero mi mente me seguía torturando.

¿Crees que lo he olvidado?
¿Siempre tienes que hacerme pasar por esto cada vez que la fecha está tan cerca?




Desperté bruscamente incorporándome en la cama.

Estaba en mi cuarto.
Podía sentir las lágrimas secas en mi rostro.

Parecía que todavía no amanecía pero no faltaría mucho pues por la ventana se notaba el cielo azul con tonalidades claras.

Estire mi brazo para alcanzar a Seung pero no di contacto con él. Mire confuso a mi alrededor mientras muchas ideas abrumadoras se sumaban a mi mente.

-¿Dónde estás? Será que...- negué con la cabeza.

Confío en él.

Me levante de la cama y pude notar que por debajo de la puerta una luz se asomaba.

Salí de mi habitación y me dirigí a la sala. Ahí pude ver a Seung-Gil sentado en un sillón dándome la espalda. Parecía tener un libro entre sus manos.

Oscûlum (Seung-Gil x Phichit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora