Lo que construimos se acabo

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-Chicos, adivinen a donde iremos hoy.- dijo mi padre muy entusiasmado.

-¿A dónde papi?- preguntó mi hermana igual de emocionada.

-¡iremos a una pista de patinaje!- exclamaron mis padres al unísono.

Recuerdo este día. Fue la primera vez que patiné en mi vida y fue ahí cuando supe a que me quería dedicar el resto de ella.

Después de aquello mis padres y otros se dieron cuenta del talento que poseía y no dudaron en apoyarme de todas las formas posibles, que fue económica como moralmente.

Conforme las imágenes pasaban en mi mente podía ver mi progreso y como quedaba inmortalizado por las fotografías que aún conservo.

Nunca estuve solo.




Desperté con una extraña sensación. Como si me hubieran arrebatado algo desde lo más profundo de mi ser.

Me sentía con la soledad de aliada.

Pero, ¿qué hago en mi cuarto? Recuerdo haberme quedado dormido en el sofá de la sala.

Extendí mi brazo hacia el lado derecho de mi cama para confirmar la fuente de este sentimiento tan melancólico.
Seung-Gil no estaba a mi lado, como lo estuvo cada mañana estos últimos meses.

Todo por mi culpa.

Me incorporé y talle mis ojos enfocándolos una vez más. Mire a mi alrededor y nada había cambiado.

-Lo pienso como si me hubiera ido durante años.- musité para mí mismo.

Me levante a darle de comer a mis hámsters. Les acaricie sus cabecitas antes de irme.

Una vez salí del cuarto ya escuchaba voces de parte de la habitación vecina.

-Mami, despierta.

-Sí, quiero desayunar.

-Ya estoy despierta. Vayan con el tío Phichit.

Ahora se escuchaban pasitos apresurados junto con el chirrido de la puerta.

-¡Buenos días!- desearon mis sobrinos al mismo tiempo.

-Buenos días.- respondí sonriendo.- ¿Quieren desayunar?

-¡sí! Tengo mucha hambre.- respondió Jayden acariciando su pancita y Arisara asintió enérgica.

Cuando tome sus manitas para llevarlos a al comedor me detuve en seco pues unos ruidos provenían de la cocina.

Me tense de pies a cabeza soltando las manos de mis sobrinos para ir por delante y ver a que me enfrentaba.

Me relajé al ver que era Seung cocinando.

¡¿Seung cocinando?!

-¿S-Seung?- lo llamé balbuceando.

-¿Mhm?- respondió sin girarse.

-¿Qué haces?

-¿No es obvio?

Los niños se me adelantaron sentándose en la mesa y hablándole a Seung con toda confianza.

-¿Qué comeremos, señor Lee?- dijo Arisara que le costaba subirse a una silla que era muy alta para ella. Jayden llegó para ayudarla.

-Es un platillo tradicional de donde provengo.- respondió Seung muy animado.

-Huele muy bien.- dijo Jayden con los ojos cerrados como si así percibiera mejor los aromas.

-Espero que así sepa.- se escuchó una risita de su parte.

Oscûlum (Seung-Gil x Phichit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora