ARESTO MOMENTUM
— CAPÍTULO XXII —
❝ D e p u l s o ❞
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La vuelta de las clases llegó en menos de lo esperado, habiendo transcurrido apenas seis efímeros días de aquella noche de celebración que tanto había marcado a cada uno de sus asistentes.
Hermione era, posiblemente, la que mejor había recibido esta vuelta: si ya de por sí le resultaba fascinante asistir a cada clase, hecho que había echado en falta durante las vacaciones, su humor ayudó también a que el regreso resultara memorable para ella.
Se podía decir que desde la noche de fin de año, la castaña parecía otra persona: irradiaba felicidad por allí donde pisaba, risueña como nunca antes había estado, cosa de la que sus amistades más cercanas enormemente se regocijaban.
El motivo de su algazara había quedado como un secreto entre ella y su profesor de Pociones, algo que la hacía aún más feliz, al sentir aquella confidencia como pilar de su extraño y curioso vínculo. Poco se habían dicho más que lo estrictamente necesario durante aquellos días posteriores a su singular avenencia, pero lo cierto es que no hacía falta más para que ambos se sintieran, de nuevo, cómodos ante la situación.
Así como Hermione se había transformado en la muchacha más feliz de la tierra, Snape, aún no tratándose de un cambio tan evidente, también había experimentado cierta mejoría en su humor desde aquel día. Se sentía orgulloso y a la vez liberado por haber dejado a un lado su orgullo, el cual le había hecho tanto mal en épocas pasadas; también cabía destacar aquellas infusiones que la muchacha le había regalado, las cuales no habían conseguido brindarle sus ansiadas horas de sueño, pero sí algo de paz interior que necesitaba para sí.
Así, los dos afrontaron la vuelta con un optimismo inmejorable.
El retorno a la normalidad trajo consigo el esperado reencuentro entre Cedric, Susan y los tres Gryffindors, los cuales compartieron en conjunto sus vivencias durante las vacaciones. Los cinco aprovecharon la ocasión para pasar un rato en compañía, disfrutando de aquel último día de libertad paseando por los jardines de Hogwarts, donde, acomodándose sobre unos troncos que les sirvieron de asiento, los Hufflepuffs relataron animadamente todo lo que habían hecho durante las Navidades, así como los Gryffindors les explicaron tanto su estancia en el castillo como su aventura en la Sección Prohibida de la biblioteca.
—¿Queréis una rana de chocolate, chicos? —les ofreció Ron, una vez se hubieron puesto al día mutuamente.
—¿Cómo es posible que todavía te queden ranas? —exclamó Hermione, reconociendo en seguida aquel presente que el muchacho había recibido la mañana de Navidad.
—Me he puesto a dieta —respondió el pelirrojo.
Todos los presentes soltaron una carcajada ante su comentario.
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Aresto momentum
FanfictionDel amor al odio hay un paso. Del odio al amor, hay una aventura. Hermione Granger y Severus Snape se enfrentan a los ocho años más significativos de sus vidas, los que a su vez cambiarán drásticamente el destino del mundo mágico. Con el...