ARESTO MOMENTUM
— CAPÍTULO LXXXIV —
❝ V e r m i l l i o u s❞
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Durante la madrugada del día de Navidad, Hermione estuvo a punto de tener un despertar muy sobresaltado. Levantó los párpados después de haber dormido como un tronco, esperando encontrarse con la hermosa visión del amanecer anunciándose a través de los ventanales, pero en su lugar vio unos ojos muy grandes, redondos y verdes que la miraban tan de cerca que casi tocaban los suyos. Estuvo a punto de gritar, hasta que se dio cuenta de quién era.
—¡Dobby! —exclamó ella en voz baja, intentando no despertar a sus compañeras de habitación—. Me has asustado.
—¡Dobby lo lamenta, señorita! —chilló nervioso el elfo, que retrocedió de un salto y se tapó la boca con los largos dedos de su mano—. Dobby sólo quería desearle a Hermione Granger una feliz Navidad y traerle un regalo, señorita.
La muchacha, recuperando la compostura, se incorporó y descorrió las colgaduras de su cama adoselada, mirando a su alrededor: por suerte, ni Katie ni Alicia se habían despertado. Se levantó con un ligero bostezo, poniéndose sus pantuflas, estiró las cobijas para hacer la cama y se sentó sobre ella, animando a Dobby a que la acompañase.
—¿Sen... sentarme...? —murmuró él, muy extrañado—. A Dobby ningún mago le había ofrecido nunca que se sentara... como si fuera un igual.
—Veo que no has conocido a muchos magos educados —le sonrió ella—. Vamos, no seas tímido.
Con algo de reticencia, el elfo estrechó contra sí un discreto envoltorio que llevaba bajo el brazo derecho y apoyó su mano izquierda sobre el colchón, impulsándose para subir a la cama de un salto. Llevaba aún la cubretetera sobre la cabeza, decorada con una bola de Navidad atada en su punta, y a Hermione le pareció de lo más gracioso.
—Dobby estaba al tanto de su grandeza, señorita... pero no conocía su bondad —dijo él, visiblemente afligido por su gesto—. En las cocinas se habla mucho de Hermione Granger, señorita.
—¿Y qué comentan?
—Bueno... a los demás elfos domésticos les cuesta mucho entender que haya alguien dispuesto a servirles, señorita, porque ese es nuestro trabajo —le explicó él—. Pero Dobby sabe que aprecian mucho a Hermione Granger, señorita.
—Supongo que será difícil convencerles de que se merecen una vida mejor —suspiró ella—. Espero que se fijen en ti, Dobby, y en lo feliz que eres siendo libre. Confío en que poco a poco empiecen a desear lo mismo que tú tienes.
—Eso será muy difícil, señorita, porque esa es la vida que conocemos. Elfos domésticos como Winky no lo aceptarán.
—Puede que tengas razón, pero hay que intentarlo —exclamó la muchacha—. Por cierto, ¿cómo está ella?
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Aresto momentum
FanficDel amor al odio hay un paso. Del odio al amor, hay una aventura. Hermione Granger y Severus Snape se enfrentan a los ocho años más significativos de sus vidas, los que a su vez cambiarán drásticamente el destino del mundo mágico. Con el...