ARESTO MOMENTUM
— CAPÍTULO XXXVIII —
❝ V e r a v e r t o ❞
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—Recuerda que debes dar tres toques con la varita antes de pronunciar el hechizo con total claridad —insistió Susan, antes de llevar a cabo el conjuro—. ¿Listo?
Ron asintió convencido, y aclarándose la garganta, procedió: con delicadeza, dio tres toques suaves con su varita rota sobre Scabbers, que se mantenía quieto sobre la superficie de la mesa de roble que ocupaban.
—Vera verto —exclamó el muchacho con total lucidez, y una centella, clara como el cristal, aterrizó sobre la rata.
El resultado del conjuro, sin embargo, no resultó como ambos chicos esperaban: frente a ellos, Scabbers había tomado la forma de una copa que, lejos de resultar traslúcida, mantenía su pelaje rasposo, así como su larga cola, que sobresalía del fuste.
Cedric, acomodado frente a ambos muchachos, cerró de inmediato el libro de Runas Antiguas que sujetaba entre sus manos y admiró la escena con expectación, permitiendo que una sonora carcajada saliera de entre sus labios.
—¿Qué demonios es eso? —preguntó él, secándose las lágrimas con las mangas de su túnica.
—Me parece que deberías cambiar tu varita, Ron —sugirió Susan, contemplando con la misma estupefacción que su compañero aquel extraño cáliz, oyendo su incesante berrido.
A unas pocas estanterías de su posición permanecía Harry, quien, sentando sobre una de las mesas de roble y escapando del campo visual de Madame Pince, ojeaba las páginas de Quidditch a través de los tiempos, poniendo especial interés en sus fotografías en movimiento; junto a él, Hermione registraba con esmero cada tomo que se encontrase en la estantería, intentando hallar la leyenda que se moría de ganas por conocer.
—Me he encontrado con Luna esta mañana —le comentó el de cabellos azabaches sin apartar la vista del pesado libro que tomaba entre sus manos—. Se ha disculpado reiteradamente por haber desaparecido del cumpleaños, pero le he dicho que no debía preocuparse. Al parecer, no se encontraba del todo bien y prefirió retirarse para descansar.
Hermione levantó la ceja derecha con cierta incredulidad, aunque Harry estaba demasiado ocupado admirando la alineación de los Chudley Cannons en 1723 como para darse cuenta de ello.
—¿Cómo la has visto?
—Bueno... a decir verdad, no tenía muy buena cara —admitió el muchacho, cerrando el ejemplar con decisión—. Debe de haber cogido la gripe.
La Gryffindor, pese a desconfiar de la hipótesis de su amigo, prefirió mantenerse callada: había demasiado en lo que pensar como para dar importancia a las excentricidades de la Ravenclaw en aquel momento.
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Aresto momentum
FanfictionDel amor al odio hay un paso. Del odio al amor, hay una aventura. Hermione Granger y Severus Snape se enfrentan a los ocho años más significativos de sus vidas, los que a su vez cambiarán drásticamente el destino del mundo mágico. Con el...