You Got Me Losing My Mind (GD y Tú)

Capítulo 40: Revelaciones.

Narra GD:

Sabía que _____ estaba avergonzada, pero no le iba a hacer mal que jugara un poco con su nerviosismo, oportunidades como la que se me estaba presentando no ocurrían todos los días y menos aún que ella insinuara querer dormir conmigo.

GD: Como no eres clara con lo que quieres iré a dormir, nos vemos mañana.

_____: Pero...

GD: Si?

_____: Te encanta verme así, cierto?

GD: Nerviosa, temerosa, avergonzada y sonrojada? Sí, me siento bien viéndote así porque sé que es por mí.

_____: Digamos que quizás estás en lo cierto, que harás al respecto?

GD: Puedo hacer muchas cosas, peeero me controlaré por ahora, no quiero que pienses que voy muy rápido y quiero jugar contigo. Ahora vamos a dormir, si?

Después de tantos acontecimientos entre nosotros nuestros corazones por fin se estaban acercando, _____ ya confiaba más en mis intenciones y aceptaba que nuestra relación ya no era una simple amistad, sin embargo en mi cabeza aún habían muchas preguntas, no sabía si se iba a quedar después de titularse, emprendería nuevos rumbos o volvería a su país, por otra parte sabía que quería especializarse en traumatología, pero no sabía dónde lo haría y si por esto yo quedaría en el olvido, pero a pesar de todas las dudas y miedos esa noche no era para hablar de temas tan profundos y comprometedores como su futuro, en ese instante era feliz con estar a su lado y saber que mi espera no era en vano.

Temprano por la mañana desperté por la molesta luz que entraba por las ventanas, habíamos olvidado cerrar las cortinas y la habitación comenzaba a iluminarse con los primeros rayos de sol, intenté levantarme y cerrarlas antes que _____ despertara, pero se me hacía difícil si estaba casi estrangulando mi brazo, volví a moverla para despegarme de ella y comenzó a soltar sus típicos quejidos como protesta de haber sido despertada, me levanté rápidamente y cerré hasta el más mínimo espacio por donde pudiera entrar luz, me detuve frente a _____ y la observé por un par de minutos, no sabía cómo, pero esa chica me había atrapado por completo, me tenía a su disposición y a la vez sentía que a su lado era alguien mejor.

Había dormido con ella un par de veces sin buscar nada a cambio, estar con _____ en la misma cama no era significado de sexo como muchas veces creí que debía ser, simplemente me conformaba con verla dormir y saber que sus miedos comenzaban a ser dejados de lado para darle paso a sus sentimientos.
Al sentir que estaba sola con su mano comenzó a buscarme entre las sábanas, quien hubiese pensado que ella algún día estaría haciendo algo como eso, ni yo podía creerlo así que volví rápidamente a su lado para que volviera a conciliar el sueño, pero un simple "donde estabas, no te vayas así" me dejó perplejo, palabras tan simples como esas me dejaron completamente inmóvil, pero mi sorpresa fue aún mayor cuando sus brazos me rodearon y ocultó su rostro en mi pecho, definitivamente era un cambio, pero no sabía qué tan consciente era _____ de lo que hacía o decía.

Después de lograr calmar mi emoción logré conciliar el sueño, estaba cansado por tantas horas de viaje y _____ estaba agotada con las horas que pasaba fuera de casa. Despertamos alrededor de las 12 del día, aún nos sentíamos un poco abatidos y se nos hacía difícil salir de la cama, _____ como nunca estaba sumamente entregada, se acercaba a mí en busca de afecto y contención el cual no le podía negar, acaricié su cabello y su rostro con el maquillaje levemente corrido, era un momento de paz y tranquilidad entre nosotros, ella simplemente se dejaba llevar olvidando por completo los límites que siempre imponía. Me acerqué lentamente a su rostro con una clara intención de besarla y ella estaba accediendo sin dudar, sus brazos rodeaban mi cuello y los míos su cintura, la escena era perfecta, pero no se pudo concluir, el timbre comenzó a sonar insistentemente y el momento romántico rápidamente se rompió. _____ se levantó tan rápido como pudo y buscó entre su ropa un poleron para poder salir, pero escuchar la voz de Seungri del otro lado de la puerta la paralizó, me miró aterrada como si estar juntos fuese algo malo o prohibido, sabía que era cautelosa y muy discreta, pero su expresión en ese momento era como si dormir juntos o estar conmigo en el mismo lugar fuese algo inmoral.