Llegamos al centro comercial que está repleto de personas. Hace mucho tiempo que no salía, mi madre nunca me llevo a un centro comercial, yo venía sola algunas veces. Comenzamos a caminar viendo todas las tiendas, toda la ropa es increíble. De pronto Cameron toma mi mano, lo miro y me suelto.
-¿No te gusta? –me pregunta.
-No, tú y yo no somos nada.-respondo molesta.
-Vamos, ______, aquí no esta Matt, no ocultes que también te gusto.
-No es eso, Cameron.
-Entonces, dame tú mano.
-No quiero.-volteo hacia una tienda.- mira, ven entremos ahí.
Cameron pone los ojos en blanco, pero me sigue. Entramos a la tienda y me acerco a ver los jeans, tomo uno y lo desdoblo para verlo completamente, es muy lindo.
-Ese te quedará perfecto.-dice Cameron.
-Cállate.-digo.
-Solo doy mi opinión
-No quiero que lo hagas.
-Creo que se lo que quieres.
-¿A sí? ¿Y qué es?
-Quieres que te bese.
-No, no quiero.
Vuelvo a doblar el pantalón y lo dejo en su lugar, sigo caminado y viendo la ropa, de pronto escucho que Cameron me llama, me acerco a él y lo veo, tiene un vestido rojo en su mano.
-¿Qué te parece este? –Pregunta.-A mí me gusta, te hará lucir perfecta.
Me acerco a el y le quito el vestido, me mira y arquea una ceja. Observo el vestido detenidamente, es lindo y me encanta el color. Veo a Cameron y le dedico una sonrisa.
-No tienes tan mal gusto.-digo riendo.-me gusta, creo que lo compraré.
-Perfecto.
-Ven vamos a ver más ropa.
-Esto es aburrido.
-Lo siento, tú fuiste el de la idea ¿no?
-Sí, lamentablemente.
-Bueno, no te quejes, ven.
Después de un rato de aburrir a Cameron viendo toda la ropa de la tienda, me acerco a la cajera para pagar. Es una chica alta, rubia con un buen cuerpo, no para de ver a Cameron y el la mira un momento, pero parece ser que no le llama la atención. De todas formas me molesta como lo mira. Cuando termina de cobrarme todo, le pago, luego volteo a ver a Cameron, le dedico una sonrisa y lo beso enfrente de la chica. Lo hago casi inconcientemente, bueno…en realidad no tanto, odio como lo mira. Sus manos bajan inmediatamente hasta mi cintura, es increíble poder saborear de nuevo sus deliciosos labios. Me alejo de él y le sonrío.