Sus manos tapan mis ojos, luego siento un cálido beso sobre mi cuello.
-Te llevaré a un lugar especial.-me susurra al oído.
Quita sus manos, doy media vuelta y lo miro a los ojos. Esboza una sonrisa y le doy un pequeño beso sobre los labios.
-¿A dónde? –le pregunto.
-Ya verás, ahora… arréglate –sonrío.
-Lo haré.
Me acerco para besarlo nuevamente.
-No te demores mucho.-es lo último que dice antes de marcharse.
Me doy una ducha con agua tibia. Aún no puedo creer que Cameron convenció a Matt, es increíble, pero maravillosamente cierto.
Al terminar cierro el grifo y me envuelvo en una toalla. Abro la puerta del baño y me dirijo a mi armario. Lo abro y entro. Matt se ha obsesionado en comprarme ropa y zapatos, lo cuál me parece perfecto. Busco un lindo atuendo. Un vestido color azul, no es tan formal, es perfecto para esta noche. Luego encuentro unas zapatillas en color negro. Vaya, mi padre no tiene tan mal gusto.
Cuando termino de vestirme me miro al espejo, no luzco nada mal. Ahora mi pelo.
Lo cepillo con mucho cuidado y al mismo tiempo uso la secadora. Quizás se vería bien si lo plancho un poco. Y lo hago.
Busco mi cajón de cosméticos, ahora… a intentarlo.
Por último agrego un poco de rimel a mis pestañas, me miro al espejo y sonrío. Nada mal.
Inmediatamente al terminar, escucho como tocan la puerta de mi habitación. Arqueo una ceja y me levanto para abrir. No es Cameron.
-Luces increíble.
-Gracias, papá. ¿Pasa algo?
-Sólo quería verte.-sonríe.- ¿Sabes? Cameron es muy afortunado al no haber muerto cuando descubrí que ustedes dos salían.-río.
-Lo sé.
-¿De verdad él te hace feliz?
-Sí, mucho.
Matt sonríe.
-Está bien, _____. Quiero lo mejor para ti. Bueno, Cameron no es la mejor cosa que hayas podido encontrar pero…
-Papá.-lo interrumpo.-por favor.
-Lo siento.-ríe. – Fue mi culpa al dejarlos tanto tiempo a solas.-me mira con curiosidad.- Dime algo _____... ¿tu y él ya…?
-No.-respondo antes de que pueda terminar la pregunta.
-Lo siento, es que…eres mi hija.
-Vamos, papá.
-¿Estás lista? –escucho su voz. Volteo a un lado y lo veo acercarse, se ve muy diferente.
-Sí.-sonrío.
-Matt.-dice y lo mira.- ¿me permites?
Mi padre arquea una ceja, pero se hace a un lado. Cameron toma mi mano y la besa.
-¿Nos vamos?-me pregunta.
-Por supuesto.-respondo.-miro a Matt.- Adiós, papá.
Se ve algo confundido.
-Di…diviértanse.
Cameron sonríe y juntos bajamos. Al salir da la casa nos dirigimos a su auto. Me abre la puerta y entro. Luego él hace lo mismo. Inserta las llaves y enciende el auto. Lo miro y le doy un pequeño beso en la mejilla.
-¿Ya me dirás? –le pregunto.
-No, espera a que lo veas tú misma.
-Vamos, Cameron, tan sólo una pista.
-Es un lugar.-ríe.
-Idiota.-lo beso.
-Tu idiota.
-Por supuesto.-río y le doy un último beso.
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